El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enfrió la tensión con la administración Obama y ordenó paralizar las licencias de nuevas casas en las colonias de la parte palestina ocupada de Jeruselén.
La municipalidad de la ciudad tenía intención de aprobar la construcción de 492 casas más, un proyecto planificado antes de que el 23 de diciembre el Consejo de Seguridad diera luz verde a una resolución en contra de los asentamientos judíos por estar fuera del derecho internacional.
“El presidente [del comité de planificación y construcción de Jerusalén] nos dijo que [el asunto de los permisos] había sido retirado de la orden del día, a petición del primer ministro para evitar un conflicto con el Gobierno estadounidense” , declaró un consejero municipal, Hanan Rubin.
El examen de esos permisos se llevará a cabo en una fecha posterior, añadió, sin dar más detalles.
En lo que parece ser un intento de distender las relaciones, Netanyahu pidió el aplazamiento del debate sobre la concesión de los permisos, a la espera de que este miércoles se pronuncie el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien presentará en un discurso su “visión completa” sobre este proceso de paz. “No lo hemos abandonado y no pensamos que los israelíes y los palestinos deban [hacerlo]” , declaró el portavoz del Departamento de Estado.
Relaciones desgastadas
Las relaciones entre Israel y su aliado estadounidense están deterioradas, sobre todo después de que Washington se negara a vetar el viernes una resolución de la ONU que condena las colonias israelíes por primera vez desde 1979.
Con la abstención de Estados Unidos, los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU aprobaron un texto que insta Israel a “cesar inmediatamente cualquier actividad de colonización en territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Este” , alegando que las colonias “no tienen valor jurídico” y son “peligrosas para la viabilidad de una solución con dos Estados” .
La actitud estadounidense provocó la cólera de Israel, cuyo primer ministro rechazó “una resolución anti-israelí vergonzosa” y afirmó que su país no la respetará.
Israel se anexionó en 1980 la zona oriental de la ciudad donde residen unos 300.000 palestinos. La municipalidad gestiona como una sola entidad, a pesar de que la comunidad internacional no reconozca ni la anexión de la parte este ni los asentamientos construidos de forma ilegal, ya que se consideran un obstáculo insalvable para conseguir la paz con Palestina y la solución consensuada de dos estados. Este es el motivo por el que todas las embajadas se ubican en la capital, Tel Aviv, y no en Jerusalén.