En la Franja de Gaza, miles de palestinos, incluidos al menos 2.500 niños, están a la espera de evacuación médica urgente, según reportes de Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tras más de un año de intensos enfrentamientos y ataques aéreos por parte de Israel, gran parte del sistema sanitario de Gaza ha sido destruido, dejando a miles de heridos y enfermos sin posibilidad de recibir tratamiento adecuado dentro del enclave.
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El proceso de evacuación, que depende de la aprobación de Israel, se ha vuelto extremadamente lento. Según datos de la OMS, desde el inicio de las hostilidades, solo 5.230 pacientes han sido evacuados, con una media de menos de dos personas por día, una cifra dramáticamente menor en comparación con las 100 evacuaciones diarias que se realizaban antes del conflicto.
Rosalía Bollen, funcionaria de Unicef, expresó su preocupación por la situación: «Estos niños no pueden permitirse esperar. Ya están muriendo mientras el mundo observa sin actuar». Las organizaciones internacionales han condenado la demora en los permisos, que en muchos casos se prolongan durante meses, lo que pone en riesgo la vida de los pacientes.
Israel, a través de la Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios (Cogat), afirmó que está haciendo «todo lo posible» para facilitar las evacuaciones, aunque también defendió la necesidad de realizar controles de seguridad rigurosos para evitar que personas con «conexiones con el terrorismo» salgan de Gaza.
Sin embargo, activistas y personal médico, como Moeen Mahmood de Médicos Sin Fronteras, han denunciado que estas restricciones son «arbitrarias y carecen de lógica». En algunos casos, el ejército israelí ha impedido que los cuidadores de los niños acompañen a los pacientes, citando motivos de seguridad sin ofrecer detalles claros.
La situación se agrava con la destrucción de la infraestructura hospitalaria de Gaza. De los 36 hospitales que había en el territorio, solo 17 siguen operando, y muchos de ellos lo hacen de forma parcial, con graves limitaciones de suministros médicos y equipos. Además, el personal sanitario ha sido diezmado por la guerra, lo que dificulta aún más la atención adecuada a los pacientes, tanto a los heridos de guerra como a quienes sufren enfermedades crónicas.
Organismos internacionales han intensificado sus llamados para que Israel agilice el proceso de evacuación y permita que los niños palestinos reciban el tratamiento médico que necesitan desesperadamente.
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