Italia enfrenta problemas de convivencia con los animales salvajes

Jabalíes que hurgan en los contenedores, osos que matan vacas y atacan a hombres, lobos que corren por las calles de las ciudades.

Italia enfrenta problemas de convivencia con los animales salvajes

Autor: Nelytza Lara

Jabalíes que hurgan en los contenedores, osos que matan vacas y atacan a hombres, lobos que corren por las calles de las ciudades.

El aumento del número de osos, lobos y jabalíes en los últimos años complica cada vez más la convivencia entre el hombre y los animales salvajes en Italia.

Jabalíes que hurgan en los contenedores, osos que matan vacas y atacan a hombres, lobos que corren por las calles de las ciudades. Las noticias que llegan de diferentes regiones de Italia indican que la población de los animales salvajes en Italia no deja de crecer.

INVASION DE PLANTIGRADOS

A finales de agosto los medios italianos publicaron imágenes escalofriantes de las heridas que sufrió un joven carabinero, atacado por un oso de unos 120 kilos en la región de Trentino-Alto Adigio. Y no es un caso solitario.

En Trentino se habla mucho del oso M49, también llamado Papillon, que entra en los prados y devora ovejas y vacas. Según relatan los granjeros de la zona, hace un par de semanas el plantígrado mató una vaca preñada para comerse el feto. En otros lugares los animales domésticos temen su aparición y no gozan de buena salud, al estar bajo un estrés constante.

En 2019 las autoridades capturaron a M49 y lo colocaron en un recinto para osos peligrosos, pero se escapó en menos de una hora. Este año volvió a caer en las manos de los humanos, pero unos meses después se evadió de nuevo y ahora deambula por la zona, sembrando el pánico entre la gente y el ganado.

El regreso de los plantígrados a Trentino se debe al proyecto Life Ursus, que tenía como objetivo salvar un pequeño grupo de osos amenazados por la extinción en Eslovenia. El 70 por ciento de la población local se declaró favorable a su introducción en la región y entre 1999 y 2002 una decena de animales fue liberada en los bosques de Trentino.

Las condiciones que encontraron eran ideales, y en 20 años la población ursina llegó a casi cien ejemplares, el doble de lo previsto. El plantígrado, que es omnívoro, corresponde poco a la imagen idílica de la serie animada rusa “Masha y el Oso”, muy popular en Italia, donde el animal se alimenta de leche y frambuesas: en realidad, si encuentra carne en forma de ovejas o vacas, el oso no resiste a la tentación.

Como consecuencia, los senderistas tienen miedo y los granjeros lamentan las pérdidas de ganado. Pero empezar a matar a los plantígrados, introducidos por la voluntad del hombre hace un par de décadas, no es una solución.

Según observa Enrico Alleva, presidente de la Federación italiana de las ciencias de la naturaleza y del medioambiente, citado por el diario La Repubblica, el hombre moderno no tiene una ética de la naturaleza que “fue brutalmente destruida cuando los campesinos, que sabían convivir con estos animales, se trasladaron a las ciudades bajo el impulso de la industrialización”.

“La única manera para curar esta fractura es alfabetizar al ciudadano metropolitano en las cuestiones de la naturaleza”, indica Alleva.

¡LOBO, LOBO!

Quince corderos despedazados en Val di Susa, 29 ovejas en Mompantero: este agosto los piamonteses tuvieron una buena prueba de que en la región los lobos prosperan y son cada vez más numerosos. Según las estimaciones del Instituto Superior para la Protección y la Investigación Medioambiental (ISPRA, por sus siglas en italiano), entre 2015 y 2018 el número de los lobos en los Alpes italianos casi se duplicó, pasando de 153 ejemplares a 293.

Normalmente, los lobos agreden el ganado, pero no se atreven a atacar al hombre, que resulta para ellos una presa demasiado grande. Sin embargo, los campesinos en Piamonte y otras regiones se sienten cada vez más preocupados: la presencia del predador, que incluso puede atacar los perros pastores, les insta a vigilar con mucha más atención sus rebaños.

UN MILLON DE JABALÍES

Cada ataque de lobos u osos atrae la atención de la opinión pública italiana, pero el animal con el que puede toparse un italiano medio en su vida cotidiana es el jabalí. Si en el caso de los lobos y osos se trata de decenas o centenares de ejemplares, la población de los ungulados en Italia se triplicó en las últimas dos décadas y ahora roza la cifra de un millón. A su vez, el daño económico que causan estos animales a la agricultura del país mediterráneo alcanza 1.000 millones de euros, según los cálculos de la Confederación Nacional de Cultivadores Directos (Coldiretti).

En los últimos años los que se dan más cuenta de ese boom de la población de jabalíes son los habitantes de Roma. La capital italiana sufre del perenne problema de la recogida de residuos, que se amontonan en los contenedores y atraen a estos cerdos salvajes.

Esta semana los medios refirieron la historia de una residente de Cinquina, un barrio periférico de Roma, que de repente se encontró con una manada de jabalíes y apenas tuvo tiempo para esconderse con su hija en el coche. Una historia que se parece a muchas otras: los jabalíes que hurgan en los contenedores y pasean cerca de las viviendas casi se convirtieron en la nueva normalidad de la periferia romana.

CONVIVIR CON LA NATURALEZA QUE RENACE

Desde principios de este siglo Italia hizo progresos importantes en la preservación de la naturaleza. Desde 2000 la superficie de los bosques aumentó un 14 por ciento y actualmente cubre el 40 por ciento del territorio nacional, lo que fue uno de los factores que permitió restablecer la población de los animales salvajes.

Pero ahora surge un nuevo problema para el cual, de momento, Italia parece no tener una solución lista: cómo gestionar los problemas que causa la presencia cada vez más invasiva de los animales. Parece que habría que recurrir al antiguo saber de nuestros antepasados campesinos para los que la convivencia con la naturaleza era una parte importante de la vida.

Por Aleksandr Dunaev, Sputnik

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