El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció este lunes el levantamiento del estado de emergencia en Tokio y en las prefecturas, Kanagawa, Chiba, Saitama y Hokkaido, las últimas donde permanecía vigente esa medida, impuesta el 7 de abril pasado para contener la COVID-19.
De esta manera, el estado de emergencia en todo el territorio japonés se levanta, dijo Abe en una rueda de prensa transmitida por la cadena de televisión NHK.
De igual forma, señaló que el cambio no supone el final del brote. El objetivo, que se persigue según lo indicado por el mandatario, es equilibrar las medidas preventivas y la economía hasta que haya vacunas y medicamentos eficaces disponibles.
Japón es considerado la tercera economía más grande del mundo y ha entrado en recesión. Durante el estado de emergencia se pidió a la población que permaneciera en casa y se solicitó a los negocios no esenciales que cerraran o redujeran su actividad comercial.
El primer ministro pidió a los habitantes instalar en su cotidianidad un nuevo pensamiento que de paso a crear «un nuevo estilo de vida», con ciertas medidas de precaución para evitar que se repita la epidemia.
Por su parte, el ministro de Economía, Yasutoshi Nishimura puntualizó que la opinión del gabinete nombrado por el Gobierno para contener el nuevo coronaviris y la baja tasa de infección permitieron que Japón pasara a la nueva normalidad.
Con unos 16.600 casos confirmados y unas 850 muertes, las prefecturas tendrán competencias para imponer sus propias medidas. En este sentido, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, precisó la semana pasada que la capital reabriría en tres fases, empezando por escuelas, bibliotecas, museos y ampliación de horario en los restaurantes. Seguirían teatros, instalaciones deportivas y otros establecimientos comerciales, y en último lugar los clubes nocturnos, karaokes y locales de música en vivo.
Sondeos recientes muestran que el apoyo de los ciudadanos al gabinete ha caído por debajo del 30%, el nivel más bajo desde que Abe regresó al cargo en diciembre de 2012.
En el mundo gobiernos han tomado medidas para frenar la cadena de contagios, pese al esfuerzo de muchos, la cifra de infectados ya alcanza 5,3 millones y más de 342.000 muertos.
Con información de Sputnik y 20 Minutos
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