Varios altos cargos del Ejército de Estados Unidos insistieron hoy en que la vía diplomática es prioritaria para resolver la actual crisis con Corea del Norte, aunque al mismo tiempo defendieron que esta opción debe contar con el apoyo del músculo militar.
«Ansiamos y trabajamos para lograr soluciones diplomáticas ante el desafío presentado por (el líder norcoreano) Kim Jong-un», dijo el almirante Harry Harris, comandante del Comando del Pacífico (PACOM) estadounidense en una rueda de prensa ofrecida en la base aérea de Osan, al sur de Seúl.
No obstante, Harris quiso incidir en que una «capacidad de combate creíble» debe apoyar la búsqueda del diálogo con Pyongyang.
«Un gran esfuerzo diplomático apoyado por un poderoso esfuerzo militar es clave», añadió en declaraciones reproducidas por la agencia Yonhap.
Harris estuvo acompañado en la rueda de prensa por el general Vincent Brooks, comandante de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur, por el jefe del Comando Estratégico, John Hyten, y por el director de la Agencia de Defensa de Misiles, el teniente General Samuel Greaves.
Brooks defendió la necesidad de llevar a cabo los ejercicios militares conjuntos anuales con Corea del Sur que arrancaron ayer.
El general subrayó que sus tropas tienen la responsabilidad de que proveer a sus líderes políticos con opciones militares.
«Y los ejercicios son la manera de asegurarnos de que esa opción es una opción presta y viable. Y eso es lo que mantiene la disuasión», dijo Brooks.
El viaje de Harris, Hyten y Greaves a Corea del Sur ha servido para que inspeccionen de primera mano estos ejercicios, conocidos como Ulchi Freedom Guardian, y también subraya la tensión que se respira en la península coreana.
Hoy mismo, el ejército surcoreano llevó a cabo un ejercicio de contraterrorismo como parte de las maniobras, en el que unos 350 efectivos y 15 helicópteros participaron en un simulacro para responder a un ataque terrorista en el estadio de fútbol de la ciudad de Daegu (centro del país).
Estos ejercicios, que simulan ataques norcoreanos sobre territorio surcoreano, son condenados cada año por Pyongyang, que los considera un ensayo para invadir su territorio.
Las maniobras llegan justo después de que EEUU y Corea del Norte escenificarán uno de las peores escaladas retóricas de los últimos años.