La publicidad se vuelve cada vez más intrusiva y menos convincente. Parece una cifra disparatada, pero, de media, recibimos al día un total de tres mil impactos publictarios, ya sea a través de la televisión, la radio, los carteles o nuestro propio celular. Resultaría agotador prestar atención a cada uno de esos impactos publictitarios que intentan convencernos de comprar o consumir cierto producto o servicio, por lo que optamos de forma involuntaria por mantenernos ajenos a la mayor parte de los impactos.
Una encuesta llevada a cabo en 2013 en Grenoble, una ciudad situada en en el sureste de Francia, determinó que el 73% de los encuestados definían la publicidad como invasiva y cada vez menos efectiva. El 45% de los franceses que se sometieron al estudio declararon que la publicidad era cada día menos convincente.
De acuerdo a estas cifras, el alcalde de Grenoble Éric Piolle -del partido ecologista de los Verdes-, decidió no renovar el contrato con la empresa de publicidad exterior JCDecaux con el objetivo de librar a la ciudad de la publicidad exterior.
A partir de enero, en Grenoble se eliminarán 326 emplazamientos publicitarios -incluyendo 64 vallas- que serán reemplazados con árboles y con espacios libres que podrán ser usados por las asociaciones culturales y sociales de la ciudad para promover sus actividades en carteles y tablones.
La compañía JCDecaux, multinacional fundada en Lyon que opera en 54 países del mundo, ha informado al diario francés Le Monde, que el ayuntamiento perderá con esta decisión alrededor de 600 mil euros anuales a lo largo de diez años. La alcaldía de Grenoble, en cambio, rebaja esta cifra a 150 mil euros anuales debido al abaratamiento de las tarifas publicitarias.
El alcalde señaló que “es el momento de avanzar y de hacer emerger una ciudad más fresca y creativa. Una ciudad pensada a la medida de los niños, menos agresiva, menos estresante, al servicio de nuestra creatividad y de nuestra identidad”. Piolle también se ha posicionado en contra de mantener las cámaras de vigilancia de Grenoble y a favor de remunicipalizar la compañía de gas y electricidad.
Si bien Grenoble es la primera ciudad europea en librarse de la publicidad exterior, no es la pionera en llevar a cabo tal medida. En el año 2007, Gilberto Kassab promovió en Sao Paulo una ley para prohibir la publicidad exterior en las calles: «sé que se trata de un proyecto de ley radical, pero es emblemático. Es controvertido pero necesario para la ciudad«, declaró entonces para la BBC. La Ley Ciudad Limpia fue aprobada y logró eliminar de las calles de esta ciudad brasileña de 20 mil habitantes todos los anuncios exteriores, convirtiéndose en ciudad referente para todos aquellos que sueñan con ciudades libres del acoso publictario.
Casi ocho años despúes de que se implantara la medida, el secretario Municipal de Desarrollo Urbano de la alcaldía de Sao Paulo, Fernando de Mello Franco, reconoce que «el paisaje está menos contaminado visualmente» y explica que en algunos casos, la retirada de publicidad reveló la arquitectura original de la ciudad, ayudando a recuperar el verdadero carácter de la ciudad de Sao Paulo.