La feminista legisladora palestina Khalida Jarrar lleva 20 meses encarcelada en Israel sin enfrentar un juicio.
Según denuncia una editorial de Haaretz, Jarrar es la prisionera política N° 1 del país: está recluida en el centro penitenciario de Damon, ubicado en Monte Carmelo, y «es la mujer palestina más importante que Israel ha detenido sin que la haya procesado por delito alguno».
«La pelea pública por su liberación ha sido extensa y frustrante, con más resonancia en el extranjero que en Israel. Aquí encuentra un muro implacable por parte de las autoridades de la ocupación y una sorprendente indiferencia de la opinión pública israelí: a la gente no le importa estar viviendo en un régimen donde existen prisioneros políticos», indica la publicación.
Agrega que «también hay silencio de las MKs (parlamentarias del Knéset)… y de organizaciones de mujeres».
Jarrar fue secuestrada y arrestada por primera vez el 15 de abril de 2015, en un operativo de las Fuerzas de Defensa de Israel, cuyas tropas redaron su casa en Al Bireh, adyacente a Ramallah.
Posteriormente, fue «sentenciada a 15 meses de prisión, los cuales cumplió. Cerca de 13 meses después de ser liberada en esos términos, fue nuevamente colocada bajo detención administrativa, la cual se ha seguido extendiendo por 20 meses consecutivos desde mediados del año 2017».
«La última extensión arbitraria de su reclusión termina el 28 de febrero. Como es normal, hasta ese día nadie sabe si será liberada o se extenderá una vez más su encarcelamiento sin mediar ninguna explicación», puntualiza.