La inmunoterapia lucha contra el cáncer de colon

La inmunoterapia se va abriendo camino con paso firme en la lucha contra el cáncer, confirmando resultados positivos en cada nuevo estudio

La inmunoterapia lucha contra el cáncer de colon

Autor: María de Jesús Bonnier

La inmunoterapia se va abriendo camino con paso firme en la lucha contra el cáncer, confirmando resultados positivos en cada nuevo estudio. El último resultado positivo fue obtenido por el Instituto de Investigación Biomédica, de Barcelona, España, el cual señala que esta terapia podría funcionar también en el cáncer de colon.

Los tratamientos basados en que sea nuestro sistema defensivo el que ataque el tumor se han convertido en un arma muy eficaz para tratar algunos casos, sobre todo cáncer de pulmón y de piel, pero no se sabía por qué fallaba en el de colon. Ahora podemos tener la respuesta.

El descubrimiento determina la manera en que ciertas células cancerígenas consiguen evitar que nuestras defensas las detecten y ataquen, ello puede suponer un gran avance en el tratamiento del cáncer de colon.

La investigación

De momento, los resultados de esta investigación se han dado con ratones de laboratorio y en el cáncer de colon con metástasis, pero abre nuevas vías para otros tipos de cáncer.

El siguiente paso es empezar los ensayos con humanos. Tardarán aún unos dos o tres años en poder comprobar si da resultados en humanos antes de que las farmacéuticas puedan tener la aprobación inicial.

En 2 o 3 años puede haber inmunoterapia para el cáncer de colon con metástasis

“Hemos conseguido unos resultados positivos del 70-80 %, que es muchísimo en este tipo de pruebas, así que estamos muy esperanzados de que funcione”, explica el director de la investigación, Eduard Batlle.

¿Qué es TGF-beta?

La responsable de que las células tumorales en el cáncer de colon se “escondan” del sistema defensivo es una proteína, la TGF-beta.

Proteina TGF-beta

“Los pocos ensayos clínicos de inmunoterapia con pacientes portadores del subtipo de cáncer de colon más frecuente no estaban dando buenos resultados y no se comprendía bien por qué”, explica el doctor Batlle.

Neutralizando la acción de esta proteína, las células del sistema inmune consiguen combatir el cáncer e incluso prevenir la aparición de metástasis en el hígado o el pulmón.

Otros científicos norteamericanos han llegado a conclusiones parecidas estudiando el cáncer de vejiga.

“Se ha comprobado que los niveles de esta proteína TGF-beta son también elevados en cáncer de páncreas e hígado”, apunta el doctor Batlle. Con lo cual las expectativas de la lucha contra el cáncer a través de la inmunoterapia se amplían.

El Factor de Crecimiento Transformante β (TGF-β) es una proteína que pertenece a la superfamilia de los factores de crecimiento  y que presenta multitud de funciones. Entre ellas, destaca su papel en la regulación de la proliferación y diferenciación de varios tipos celulares, pero también de la respuesta inmunitaria. De hecho, debido a la importancia de estos procesos, alteraciones en la producción de esta citoquina  pueden ocasionar distintas enfermedades. Varios tipos de células inmunes, tales como linfocitos, macrófagos y células dendríticas sintetizan el TGF-β.

¿Qué es la inmunoterapia tumoral?

La inmunoterapia tumoral consiste en aportar fármacos que ayuden al sistema inmune a eliminar las células cancerígenas. Supuso un cambio completo respecto a los tratamientos clásicos, que atacan directamente el tumor.

“La inmunoterapia es un concepto muy extenso ―explica el doctor Guillermo de Velasco de la Soeciedad Española de Oncología Médica (SEOM)―. La inmunoterapia se lleva utilizando desde hace décadas para tratar algunos tumores como el melanoma, el cáncer de pulmón y el de riñón, aunque en este se han obtenido pobres resultados.”

La inmunoterapia es ya la primera opción, antes que la quimioterapia, en algunos tipos de cáncer

Antes, la inmunoterapia se limitaba a pacientes en los que había fracasado el tratamiento convencional con radioterapia y quimioterapia. Sin embargo, ahora en algunas variantes de tumores ya se considera la primera elección.

Es decir, se da medicación para ayudar al sistema inmune y, una vez eliminado el cáncer, se plantea las posibles sesiones de quimio o radioterapia para vigilar su reaparición.

¿En qué tipo de cáncer se utiliza?

Existe una expansión increíble en beneficios y en supervivencia gracias al desarrollo de estos fármacos”, recalca el doctor De Velasco. No se trata de fármacos al uso, sino anticuerpos como los que genera nuestro propio sistema inmunológico para defenderse.

Estos fármacos solos o combinados han demostrado aumentar la supervivencia de pacientes con cáncer de pulmón, cabeza y cuello, cáncer renal, cáncer de vejiga, melanoma, algunos casos de leucemia…”, añade esperanzado el doctor.

Hoy se investiga en todos los frentes, sin embargo, los mayores avances se han dado en el cáncer de pulmón y en el melanoma. Los resultados de curación han sido los más amplios.

Además, la inmunoterapia alarga la vida. No cura pero es capaz de controlar algunos tipos de cáncer durante mucho tiempo, incluso años, cánceres que hasta hace poco se consideraban incurables.

Es un tratamiento adyuvante en melanoma. Es decir, ayuda a prevenir las reapariciones del tumor en pacientes en los que se ha extirpado la enfermedad con cirugía, pero que pueden quedar restos de forma microscópica.

De todas formas, se ha de ser cauto en estos tratamientos. Aún queda mucho camino por recorrer. En estos momentos, sólo se benefician del tratamiento con inmunoterapia entre el 40 y el 60 % de pacientes con melanoma y entre el 10 y el 30 % en otros casos de tumores.

Pero, sin duda, este es uno de los caminos más esperanzadores. Dos elementos positivos hacen que se enfoquen hacia la inmunoterapia una parte importante de las nuevas investigaciones:

  1. La baja toxicidad. Frente a la quimioterapia, con efectos secundarios tan visibles como la pérdida de cabello o los vómitos, la inmunoterapia no provoca efectos secundarios relevantes más que en el 5-15 % de pacientes.
  2. Las perspectivas de poder obtener vacunas contra el cáncer. La vacuna parte de la misma base. Se inyecta el virus en pequeña cantidad para que nuestras defensas aprendan a protegernos de él. Pues bien, en el cáncer ya empieza a ser una realidad. En Estados Unidos se comercializa una vacuna antitumoral contra el cáncer de próstata

Y todo esto enmarcado en el gran cambio que supuso el estudio del cáncer a través los biomarcadores. Ya no se habla de un cáncer de pulmón o de hígado sin más, como si fuera la misma cosa. Ahora se estudia el cromosoma, los genes y las proteínas que tienen esas células cancerígenas.

Así se han llegado a subdivivir muchos tipos de cáncer que antes se creían iguales. Y así también se está consiguiendo ser más personalizados y eficaces en los tratamientos y llegar a descubrimientos como los del doctor Batlle, con el que empezábamos este artículo.


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