La peligrosa escalada del conflicto entre Siria e Israel bajo pretextos infundados

El reciente llamado del nuevo líder sirio, Ahmed al Sharaa, a que las tropas israelíes se retiren del territorio sirio plantea serias preguntas sobre las verdaderas intenciones de Israel en la región. A pesar de que Al Sharaa ha afirmado su disposición para mantener la paz y acoger a las fuerzas de la ONU en la zona de contención, Israel continúa sus incursiones militares, lo que podría desencadenar una escalada innecesaria en un país ya devastado por la guerra.

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Desde la caída de Bashar al Assad, las Fuerzas de Defensa de Israel han intensificado sus ataques aéreos y han violado el acuerdo de desmilitarización de 1974 al penetrar más allá de la zona de contención en los Altos del Golán. La excusa de Tel Aviv sobre la supuesta presencia de milicias iraníes y de Hezbolá en Siria ha perdido credibilidad, según el propio Al Sharaa, quien asegura que, tras la liberación de Damasco, estas fuerzas ya no operan en el país.

La pregunta inevitable es: ¿qué busca realmente Israel con estas acciones? La insistencia en mantener su avance territorial, a pesar de la ausencia de las amenazas que antes justificaban su presencia, sugiere un objetivo más profundo, que va más allá de la seguridad nacional. Los pretextos esgrimidos por Tel Aviv no solo parecen carecer de sustento, sino que además alimentan la percepción de que Israel está aprovechando la inestabilidad de Siria para expandir su influencia en la región.

Este tipo de maniobras militares, bajo justificaciones vagas y no verificadas, podrían llevar a una nueva confrontación, lo que pone en riesgo la ya frágil estabilidad de Medio Oriente. La comunidad internacional, y especialmente las Naciones Unidas, deben actuar con urgencia para detener la violación del acuerdo de 1974 y garantizar que no se repita la historia de ocupación y conflictos en Siria. La paz en la región depende de que tanto Israel como sus vecinos respeten los compromisos firmados y eviten la escalada militar que podría tener consecuencias devastadoras para la población civil.

La supuesta neutralidad de Israel en este conflicto debe ser puesta en duda, y la presión internacional debe intensificarse para detener lo que, en la práctica, es una flagrante violación de la soberanía siria. Si no se toman medidas inmediatas, las tensiones actuales podrían derivar en una guerra regional de mayor envergadura, algo que Siria y todo Medio Oriente no pueden permitirse.

Foto: Redes

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