Moon Jae-in primer mandatario de Corea del Sur coincide con la exigencia de su homologo de corea del norte, Kim Yo Jong, en la firma de un tratado de paz, con un conjunto de reglas que superen las condiciones contenidas dentro del armisticio que fuese aprobado al final de la guerra librada entre estas dos naciones (1953).
Tratado de Paz
En este sentido el presidente Corea del sur aclaró desde la casa azul (oficina ejecutiva y residencia oficial del Jefe de Estado), que la situación de armisticio, que nunca significó que fuera un tratado de paz, debía llegar a su fin después de haberse prolongado por más de 65 años, hasta la actualidad. Con lo cual, técnicamente, las partes involucradas aún siguen en conflicto.
En ese sentido se ha podido saber desde Washington que el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Mike Pompeo sostuvo, hace aproximadamente dos semanas, conversaciones con el primer mandatario de Corea del Norte. Por su parte Corea del Sur ratificó, este miércoles, su plena intención de impulsar el referido acuerdo de paz en beneficio de la ambas naciones.
Sin embargo materializar esa transición, del armisticio a la paz, choca con una dificultad, y es que la propia Corea de Sur no estuvo presente y no fue un firmante directo de aquella suspensión de la guerra, pues solo llegó a formar parte de un grupo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Se tiene entonces que, para lograr un tratado de paz verdaderamente formal definitivo, según las normas, deberían participar el resto de países intervinientes en aquella guerra, en especial EE.UU.
Independientemente a este acontecimiento, lo verdaderamente valioso es un encuentro en entre el Norte y el Sur que posibilite el camino definitivo a la paz de la península.