Tras cuatro días de arresto, la capitana de Sea Watch, Carola Rackete, de 31 años de edad, fue liberada.
La jueza Alessandra Vella no convalidó la detención de Carola Rackete, considerando que la capitana «cumplía con su deber de salvar vidas humanas» al atracar el buque en la isla italiana Lampedusa, a pesar de las órdenes de las autoridades italianas.
Vella denegó el martes el pedido de la fiscalía italiana de ratificar el arresto domiciliario de la capitana del buque de rescate de migrantes que atropelló a un bote policial al desobedecer la orden de no atracar en un puerto italiano.
La joven capitana de la embarcación de bandera Alemana – Holandesa Sea Watch, perteneciente a la ONG homónima, que se dedica al trabajo humanitario en el Mediterráneo, enfrentó la fuerza de seguridad fronteriza italiana.
El día sábado, en horas de la madrugada, el barco de la ONG humanitaria, dirigido por Rackete, atracó en el puerto de Lampedusa (Italia), violentando las órdenes del ministro del Interior, Matteo Salvini, autor de la política de puertos cerrados a las naves de ONG humanitarias.
Acusada por los delitos de resistencia o violencia contra nave de guerra y de intento de naufragio por haber chocado contra una patrulla de la Guardia de Finanzas (policía de fronteras italiana) durante la operación de atraque, logró su objetivo de llevar a los inmigrantes a tierra.
Fueron rescatados y llevados a tierra 40 migrantes, de miles que diariamente mueren en el intento de huir de sus países destruidos por la codicia de los antiguos europeos.
Con este caso, donde las protagonistas son dos féminas, nuevos tiempos se vislumbran ante la toma de decisiones de mujeres, que desempeñando funciones que otrora fueran calificadas de masculinas, dan un nuevo giro a la visión de los derechos humanos en el mundo.