En medio de un panorama internacional marcado por fricciones comerciales y la guerra en Ucrania, los ministros de Exteriores del Grupo de los Siete (G7) se encuentran reunidos desde este jueves en la ciudad de La Malbaie, ubicada en la región de Quebec, Canadá. Durante dos días, los representantes de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, buscarán alcanzar consensos sobre temas clave de la agenda global.
Véase también: Marco Rubio anuncia un exitoso recorte en programas de USAID
Este encuentro llega en un contexto complicado, con las relaciones entre los miembros del G7 tensadas por las decisiones recientes de Estados Unidos, como la imposición de aranceles sobre acero y aluminio, que generaron fuertes respuestas por parte de Canadá y la Unión Europea. A ello se suman las diferencias de enfoque en torno a la guerra en Ucrania, lo que ha dificultado la redacción de una declaración conjunta para el bloque.
En los últimos días, los ministros se han centrado en los avances de las conversaciones sobre Ucrania, especialmente tras la reunión en Arabia Saudita entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y representantes ucranianos. En ese encuentro, se discutió la posibilidad de un alto al fuego temporal, lo que ha generado expectativas sobre posibles soluciones diplomáticas. Sin embargo, la postura del gobierno de Trump en cuanto al conflicto sigue siendo un tema delicado, dado que Washington ha manifestado su deseo de que el G7 no adopte un lenguaje que pueda dificultar las negociaciones de paz.
La reciente imposición de aranceles por parte de Estados Unidos también ha agudizado las tensiones, pues ha afectado las relaciones comerciales con varios aliados. De hecho, Canadá y la Unión Europea han lanzado represalias económicas, y los diplomáticos han mostrado su preocupación por la falta de consenso en torno a la postura que debería tomar el bloque respecto a Rusia, especialmente en relación con las sanciones económicas y las tácticas de evasión que Moscú utiliza a través de su flota marítima.
Ante este panorama, algunos analistas sugieren que las dificultades de comunicación dentro del G7 podrían incluso hacer que la cumbre carezca de un mensaje unificado. En particular, la postura de Estados Unidos de suavizar el tono sobre las sanciones a Rusia y de presionar a sus aliados para que asuman más responsabilidad en la resolución del conflicto en Ucrania ha generado malestar entre los miembros del grupo.
El ministro de Exteriores canadiense, Mélanie Joly, ha expresado que llevará una postura firme en defensa de los intereses de su país, especialmente en lo que respecta a los aranceles impuestos por Estados Unidos. En un intento por reducir las tensiones, los diplomáticos europeos han dejado claro que durante la cumbre se evaluará cómo la política exterior estadounidense, bajo la dirección de Trump, influye en la cohesión interna del G7.
Mientras tanto, el presidente estadounidense ha dejado claro que no se trata de un encuentro para discutir nuevas tensiones, sino para intentar hallar soluciones pragmáticas a los desafíos globales. Sin embargo, algunos en Europa han ironizado sobre la situación, comentando que, dada la complejidad de los temas a tratar, quizás el G7 debería esperar a la reintegración de Rusia al grupo, como sugirió Trump, para que las conversaciones sean más fluidas.
Foto: El Ciudadano
Recuerda suscribirte a nuestro boletín
📲 https://bit.ly/3tgVlS0
💬 https://t.me/ciudadanomx
📰 elciudadano.com