Cuatro días antes del brutal atentado que provocó bajas civiles en Bélgica, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan advirtió sobre la posibilidad de un ataque terrorista en Bruselas de no cesar el apoyo entregado a los kurdos.
Las declaraciones fueron realizadas en la ceremonia del aniversario número 201 de la Batalla de Galípoli en Çanakkale, Turquía, el 18 de marzo, como se lee en un informe del medio ABC News.
“No hay razón para que la bomba que explotó en Ankara no pueda explotar en Bruselas o en otra ciudad europea”, señaló dirigiéndose a Europa, agregando que “las serpientes con las que están durmiendo podrían morderlos en cualquier momento”.
El mandatario respondió también al hallazgo de un explosivo en la provincia kurda de Diyarbakir, en el sudeste del país, al interior de un vehículo estacionado cerca de un edificio del gobierno regional y una escuela, según reportó la agencia estatal de noticias Anadolu.
Si bien el Estado Islámico o Daesh, movimiento conformado por grupos financiados por Occidente y la OTAN, se adjudicó el incidente que remeció a Bruselas, cabe señalar que Erdogan hablaba de posibles ataques perpetrados por kurdos del PKK, considerada una guerrilla terrorista por Turquía.
En diciembre de 2015, Rusia acusó a Turquía de proteger el contrabando de petróleo realizado por militantes del Daesh.
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