La disputa territorial entre Venezuela y Guyana por la región rica en recursos naturales de Esequibo volvió a elevar la tensión en la región. En medio de una serie de maniobras militares y declaraciones de alto nivel, las autoridades de Estados Unidos, encabezadas por el Secretario de Estado Marco Rubio, advirtieron que un posible ataque de Venezuela contra su vecino podría tener serias repercusiones.
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La advertencia de Rubio, que llegó a Georgetown durante su visita oficial, subrayó que cualquier agresión hacia Guyana, especialmente en lo relacionado con sus recursos petroleros, no quedaría sin respuesta. Sin detallar las posibles consecuencias, Rubio enfatizó que la potencia militar de Estados Unidos podría intervenir de forma decisiva. Aseguró que un ataque contra Guyana o las operaciones de ExxonMobil en el Bloque Stabroek no terminaría bien para Venezuela, destacando que la marina estadounidense tiene la capacidad de actuar rápidamente en cualquier parte del mundo.
El entorno de creciente tensión se alimentó por la reciente incursión de un buque militar venezolano en aguas cercanas a las plataformas petroleras de ExxonMobil, en el área que Guyana considera parte de su zona económica exclusiva. Las autoridades de Georgetown, encabezadas por el presidente Irfaan Ali, denunciaron esta maniobra como un acto provocador y una violación de su soberanía territorial. Ali llamó a la comunidad internacional a intervenir para defender la integridad del país y garantizar la seguridad regional frente a lo que calificó de agresión por parte del régimen de Nicolás Maduro.
Estados Unidos no tardó en respaldar a Guyana, reafirmando su apoyo a la integridad territorial del país caribeño. A través de su Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, el Departamento de Estado dejó claro que cualquier provocación adicional por parte de Venezuela sería inaceptable y tendría consecuencias graves. Washington reitera su compromiso con el laudo arbitral de 1899, que resolvió la disputa en favor de Guyana, y condenó las acciones de Venezuela que buscan socavar este acuerdo internacional.
Sin embargo, en Venezuela, la respuesta del régimen de Maduro fue más beligerante. Las autoridades venezolanas, lejos de reducir la retórica, acusaron a ExxonMobil de estar involucrada en una conspiración junto a Estados Unidos para bloquear económicamente a Venezuela. La vicepresidenta Delcy Rodríguez defendió que la petrolera estadounidense ha estado operando de manera ilegal en el territorio de la Guayana Esequiba, afirmando que sus acciones están destinadas a desestabilizar políticamente a Venezuela.
El conflicto por el territorio de unos 16.000 kilómetros cuadrados sigue siendo un punto de fricción constante entre los dos países. A pesar de los esfuerzos por parte de organismos internacionales y gobiernos para encontrar una solución pacífica, la presencia militar en la región y las tensiones políticas continúan aumentando, reflejando la complejidad de la disputa y la falta de avances hacia una resolución definitiva.
En un contexto de creciente militarización, Guyana y Estados Unidos han intensificado su cooperación militar. Recientemente, las Fuerzas de Defensa de Guyana y la Armada de Estados Unidos realizaron ejercicios conjuntos en aguas internacionales cercanas a la zona en disputa, con el objetivo de fortalecer la coordinación y las comunicaciones en operaciones militares. La presencia del buque estadounidense USS Normandy junto al barco guyanés Shahoud fue un claro mensaje de apoyo a Guyana en este enfrentamiento diplomático y militar.
La disputa territorial, que se remonta a más de un siglo, sigue siendo un desafío sin resolver en la relación entre ambos países, mientras que la comunidad internacional observa con preocupación los posibles desenlaces de una escalada que podría tener repercusiones más allá de la región.
Foto: El Ciudadano
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