Mientras las tensiones internaciones se calientan, la relación entre Rusia y Alemania parece mostrar un acercamiento. La canciller alemana, Angela Merkel, aceptó la invitación del presidente ruso, Vladímir Putin, y el sábado visitó el Kremlin por vez primera en casi cinco años.
Ambos líderes centraron sus conversaciones en los principales focos de inestabilidad de Oriente Medio y en un proyecto conjunto, el gasoducto NordStream 2 que llevará gas natural a Europa por debajo del mar Báltico , y que el gobierno de Estados Unidos trata de sabotear con sanciones a las empresas y personas que participen de la provisión de servicios para la obra.
El proyecto Nord Stream 2, impulsado por una alianza de empresas de Rusia, Alemania, Austria, Francia y Países Bajos, prevé el tendido de dos tuberías para transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales de gas, y su objetivo es diversificar las rutas del suministro del combustible a Europa, obtener una reducción en los costos y elevar la seguridad energética.
Pese a que la visita de Merkel se produjo en medio de la crisis entre Estados Unidos e Irán, Moscú como Berlín aseguraron que el encuentro ya se había planeado con anterioridad desde finales de diciembre.
Aun así, Oriente Medio fue con todos sus frentes tema de conversación durante las tres horas y media de entrevista. “El hecho de que haya una guerra en marcha es lo que llamamos un conflicto de baja intensidad. Aun así, se trata de operaciones militares y es un hecho que se está matando gente. Me gustaría mucho evitar las hostilidades a gran escala. Si estas suceden, se produciría un desastre, no sólo para la región, sino para todo el mundo”, dijo Putin en la rueda de prensa conjunta posterior.
Según el mandatario ruso, ese escenario produciría “un nuevo éxodo a gran escala (…) Será una catástrofe humanitaria, una catástrofe interreligiosa, una catástrofe económica, porque conducirá a la destrucción o un daño enorme a la economía y a la energía mundial”.
Además de la guerra civil de Siria, en la que Rusia es parte desde el 2015 apoyando al Gobierno de Damasco, el otro foco de conflicto es Libia.
“Es importante poner fin a la confrontación para reanudar el proceso político”, sostuvo Putin, al tiempo que negó la presencia de mercenarios rusos en esta nación.
«Si hay ciudadanos rusos allí, no representan los intereses del Estado ruso y no reciben dinero del Estado ruso», aseguró Putin. «En cualquier guerra hay mercenarios», subrayó el mandatario.
Ambos líderes están convencidos de que el conflicto en el país árabe puede ser resuelto solo con medios políticos de acuerdo con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Merkel, por su parte, anunció la celebración de una conferencia de paz sobre Libia, liderada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) , en Berlín.
“Esperamos que los esfuerzos conjuntos de Rusia y Turquía terminen con éxito, y pronto enviaremos invitaciones para la conferencia”, dijo, y señaló que el objetivo de este encuentro es dar al país magrebí la oportunidad de “convertirse en un país soberano y pacífico”.
Garantizó además que todas las partes tendrán un papel en las conversaciones.
Con relaciión a irán, Merkel destacó que Alemania llama a hacer todo lo posible para preservar el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC, conocido como pacto nuclear).
«Abordamos también la situación en Irán, compartimos la opinión de que se debe hacer todo lo posible para preservar el PAIC», dijo.
El mandatario ruso, por su parte, se mostró a favor de mantener vigente el mencionado acuerdo al agregar que «los iraníes pueden contar con el apoyo de los países europeos que prometieron crear un mecanismo financiero especial e independiente del dólar para el comercio con Irán».
Unidos contra Trump
El encuentro en el Kremlin también fue considerado un mensaje de unidad frente a los ataques y políticas del mandatario norteamericano ,Donald Trump, quien teme que el gasoducto Nord Stream 2 incremente la capacidad de control de Rusia sobre el suministro de energía hacia Europa y reduzca la participación en el lucrativo mercado europeo para el gas natural licuado estadounidense.
Putin y Merkel volvieron a dejar claro su rechazo a las sanciones contra las empresas que colaboran en la construcción del gasoducto NordStream 2.
“No creemos que sea correcto aplicar sanciones en todos los conflictos políticos de EE.UU. Por tanto, apoyamos como hicimos antes este proyecto que, por cierto, es económico”, señaló Merkel.
Putin reafirmó que Rusia terminará el proyecto con sus propios medios.
“Se retrasará. Pero espero que a finales de este año, o en el primer trimestre del próximo, el gasoducto funcione”, aseguró.
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