Miles de rohinyás esperan cerca del río Naf, que separa Birmania (Myanmar) de Bangladesh, para poder cruzar, algo que se ha reducido drásticamente porque el Ejército birmano no les está permitiendo viajar durante el día, dijeron a Efe refugiados recién llegados.
«Hay pocos botes y el Ejército birmano no les está dejando llegar, hay que salir de madrugada o por la noche», indicó a Efe Elías, un rohinyá llegado a primera hora del día junto a su familia.
Explicó que cerca del río hay «muchísima gente esperando a poder pasar a Bangladesh».
«Como 10.000 o 12.000 personas esperan a pasar en bote», dijo por su parte Shaha Jan, de 25 años, con un niño en brazos con el que también llegó en la misma embarcación.
El comandante de Guardacostas de la zona oriental de Bangladesh, Shahidul Islam, indicó a Efe que han notado una disminución de las llegadas a través del río y el litoral marino pero desconocen los motivos.
«No estamos al tanto de si el Ejército de Birmania está impidiéndoles al salir», añadió.
Un guardafrontera de Shah Porir Dwip dijo a Efe que hoy «apenas ha llegado nadie, pero ayer si hubo más barcos con gente».
La ONU indicó esta semana que decenas de miles de personas en Rakhine, donde se calcula que vivían más de un millón de rohinyás antes del inicio de la crisis actual, están esperando en ese estado del oeste de Birmania, para llegar a Bangladesh.
La oficina en Bangladesh de las Naciones Unidas cree que los actuales 400.000 refugiados que han entrado en tierras bangladeshíes podrían duplicarse en las próximas semanas.
La crisis comenzó el pasado 25 de agosto después de que un grupo insurgente local atacara unas casetas de Policía y del Ejército en Rakhine, lo que desencadenó una operación militar que ha sido catalogada por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos como «caso de libro de limpieza étnica».