Un grupo de milicianos en protesta contra el gobierno de los Estados Unidos se tomó un inmueble rural en una zona bajo control federal, en un área de refugio para la vida salvaje en Oregon. El movimiento se está saliendo de las manos de las autoridades: surgió de un tema muy localizado en solidaridad con los rancheros Dwight Hammond, de 73 años, y su hijo, Steven Hammond, de 46. Ambos fueron requeridos por un juez volver a prisión y cumplir una pena más larga de cárcel por haber incendiado terrenos del Refugio de Vida Salvaje Malheur, cerca de Burns, área aislada del Este de Oregón, a 450 kilómetros al sudeste de la bella ciudad de Portland.
Los Hammond señalan que quemaron zonas federales por error en 2001 y 2006 para poder despejar sus propiedades de plantas dañinas y malezas, y proteger a sus casas de los incendios forestales. Originalmente fueron condenados a una pena de menos de un año (el padre, a solo 3 meses). Los fiscales aclaran, sin embargo, que los Hammond están acusados de iniciar los incendios para cubrir las pruebas de que estaban cazando venados en zonas protegidas.
La semana pasada un juez de apelaciones decidió condenarlos a 5 años al considerar que la pena anterior estaba viciada y no se condecía con el mínimo que la ley señala. Los rancheros ahora piden clemencia del propio presidente Barack Obama. La última información sobre el caso señala que se padre e hijo se entregaron a las autoridades este lunes 4 de enero.
El movimiento de rebeldía se amplió cuando milicianos armados liderados por los hermanos Ammon y Ryan Bundy llegaron a la zona, procediendo a ocupar una de las dependencias del refugio natural. La familia Bundy también ha estado involucrada con anterioridad en otros movimientos de resistencia contra el gobierno federal, por el uso de pastizales. The Washington Post informa que un video subido a la página de Facebook de Ammon Bundy hizo un llamado a más milicianos a unirse al movimiento: «¡A todos los patriotas, es tiempo de ponerse de pie y no ser pasivos! ¡Necesitamos su ayuda! Vengan preparados».
La acción ha ampliado el ámbito original: los milicianos ahora exigen que el gobierno federal devuelva las tierras bajo su control al gobierno local y en beneficio a los habitantes privados de las zonas en disputa. Lo peor es que los miembros de este movimiento en resistencia están llamando a otros milicianos del país a acudir a la zona y unirse al grupo ya establecido. Ammon Bundy incluso a los medios de prensa que planean resistir “por años” si es necesario. “Estas son las dependencias del pueblo, le pertenecen al pueblo, y nos han sido provistas para poder venir juntos y unidos a plantear una fuerte postura contra la extralimitación [del gobierno federal], esta invasión de la tierra y los recursos del pueblo”, señaló el miliciano.
Pese a que han declarado el movimiento “pacífico”, la policía informa que algunos están armados. Los propios hermanos Bundy han señalado que no buscan violencia, aunque no la descartan si las autoridades proceden a un desalojo.
El sheriff local, David Ward, dijo a la prensa que los manifestantes que llegaron al condado de Harney de esa jurisdicción, “señalan ser parte de grupos milicianos que apoyan a rancheros locales”. Sin embargo, explicó que “estos hombres tuvieron otros motivos [de acudir a la zona], para intentar derrocar el gobierno del condado y federal con la esperanza de iniciar un movimiento en todo Estados Unidos”.
Según las últimas informaciones, los rancheros implicados de la familia Hammond han separado aguas con los milicianos, y buscan en cambio la clemencia de Obama para conseguir una reducción de sus condenas.
En contexto…
Los grupos milicianos son comunes en Estados Unidos. Se componen primordialmente de hombres de raza blanca, habitantes de zonas rurales, que cultivan una fuerte desconfianza contra el gobierno federal, a quien culpan de extralimitarse en su control de zonas protegidas, de poner en riesgo sus derechos a portar armas, y de la política de impuestos, entre muchos otros temas. Tiene un gran culto a las armas, son conservadores, de ultra derecha, y en su mayoría apoyan al Partido Republicano o al llamado “Tea Party” («Partido del Té», en su traducción literal, de posturas anti-gobierno y anti-socialistas). Creen que el gobierno federal planea políticas conspirativas para confiscar las armas de los ciudadanos, para poder ejercer un control total.
Los cientos de grupos milicianos en Estados Unidos se mantienen fuertes aunque mayoritariamente en las sombras, gracias a las débiles leyes de compra de armamento y municiones, muchas de ellas versiones civiles de armas propiamente de uso militar.
En la toma de Oregon, la preocupación primordial es debilitar un movimiento que puede atraer a más milicianos de otras zonas de Estados Unidos y convertirse en un control paramilitar mucho mayor y más difícil de desarticular, debido a lo aislado de la zona en conflicto.