El líder de la milicia libanesa Hezbolá, aliado de Bashar Al-Assad en Siria, murió en una explosión ocurrida cerca del aeropuerto internacional de Damasco, la capital de Siria, en el centro de operaciones de la organización.
Mustafa Badreddine, de 55 años, era uno de los dirigentes militares de más alto rango dentro del grupo y estaba considerado por los Estados Unidos como el responsable de las operaciones dentro de Siria. El hombre estaba acusado, junto con tres miembros más de Hezbolá, del asesinato del antiguo primer ministro del Líbano Rafik Hariri el 2005.
Hezbolá acusa a Israel de estar detrás de la operación que provocó que Badreddine muriera en un ataque en contra de la base de la milicia cerca del aeropuerto de Damasco, pero aún no se ha esclarecido si se trata de un bombardeo aéreo, un misil o un ataque de artillería. Israel no confirmó la información, aunque desde 2011 ha realizado varios ataques aéreos en Siria.
Hezbolá, apoyado por Irán, ha perdido cuatro figuras relevantes desde enero de 2015 y varios oficiales iraníes también murieron en la guerra de Siria o en ataques israelíes.
La agrupación libanesa que lucha junto al ejército sirio contra los grupos terroristas, destacó el papel de Badreddine en sus causas y recordó que “estuvo implicado en muchas de las operaciones de la Resistencia islámica desde 1982”.