Durante la madrugada un barco de madera en el que viajaban más de un centenar de personas se hundió en la zona marítima de las islas de Kalymnos y Kalolimnos, mientras otra barcaza estaba a la deriva en el norte de Rodas.
En las operaciones de salvamento, en las que fueron rescatadas 144 personas de las dos embarcaciones, participaron cuatro naves de la Guardia Costera griega, un buque de Frontex, un helicóptero Super Puma y varios barcos pesqueros.
En total, la Guardia Costera recuperó los cadáveres de 26 personas, entre ellos 18 niños.
Sin embargo, las autoridades helenas continúan hoy la operación de rescate de unas 30 personas que desaparecieron en un naufragio posterior en el norte de la isla de Lesbos, muy próxima a la costa de Turquía.
Con las víctimas de hoy, en los primeros 10 meses del año se ahogaron ya 3.329 refugiados en el Mediterráneo, más que en todo el 2014, cuando la cifra de fallecidos alcanzó a 3.279 muertos, informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Muchos de los refugiados, quienes en su mayoría pretenden llegar a Alemania, provienen de Siria, sumido en una guerra civil desde hace cuatro años y medio, aunque también de otros países en conflicto como Irak, Eritrea o Afganistán.
La ruta desde la costa oeste turca hacia la isla griega de Lesbos sigue siendo utilizada actualmente por muchos refugiados, a pesar de que empeoró el clima debido al otoño europeo.
Para el fin de semana, el servicio meteorológico estatal griego anunció tormentas y fuertes marejadas, por lo que los equipos de rescate en Lesbos temen que aumente la cifra de muertos.
La organización Médicos sin Fronteras (MSF) comunicó hoy que sus equipos están asistiendo a supervivientes en las islas de Leros y Kalymnos, informó la agencia de noticias DPA
Por su parte, la organización alemana Pro Asyl reclamó una inmediata intervención de los europeos debido a que la situación en Lesbos y otras islas griegas es catastrófica.
«Los cooperantes están al límite y sobrepasados con las muertes masivas. De noche es especialmente terrible, porque el viento se hace más fuerte», comentó el británico Faruk Divelli, quien está ayudando en Lesbos junto con otros particulares.
«Encendemos fuegos en la playa para que los refugiados vean a dónde deben dirigirse», explicó.
Cuando las personas alcanzan la costa, se producen escenas dramáticas, relató este hombre de 48 años.
«Están empapados, con frío y traumatizados.Sacamos a niños casi muertos de las embarcaciones, con agua en los pulmones. Y no tenemos siquiera suficientes mantas, agua y medicamentos para ellos», agregó.
En el transcurso de una hora, este grupo rescató a tres embarcaciones con unos 40 refugiados cada uno.
Divelli está consternado por el hecho de que en Lesbos estén ayudando sobre todo particulares y organizaciones no gubernamentales. «No se ve a cooperantes estatales, sólo voluntarios de diferentes países».
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, propuso trasladar los centros de registro de los refugiados de la Unión Europea (hotspots) de las islas griegas a Turquía, para que las personas no se vean obligadas a enfrentar el peligroso viaje marino.
En el Parlamento, Tsipras se mostró consternado y llamó a los otros líderes europeos a dejar de lado sus diferencias ante la crisis de refugiados.
«Como miembro de la dirigencia europea me avergüenzo» porque cada país desplaza el problema al siguiente, dijo Tsipras.
«Las olas no están arrastrando solamente a inmigrantes (muertos) hasta la costa, también a la cultura europea», sentenció.
Según la Acnur, en lo que va del año el número de refugiados que entró a Grecia alcanzó la cifra récord de 502.500 personas.
Fuente: Telam
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