A finales de año terminará el mandato del actual secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, por lo que la carrera para ocupar el puesto de mayor prestigio en la escena internacional ya ha comenzado y son varios los candidatos que se disputan la sucesión.
En la sede general de la ONU en Nueva York, se iniciaron este jueves las votaciones en una primera ronda secreta -donde participan sólo los 15 miembros del Consejo de Seguridad– que medirá el grado de aceptación de los candidatos al cargo.
Hay dos factores que podrían ser especialmente determinantes para elegir al próximo secretario general: el género y la región. La organización, que tiene más de 70 años de existencia, nunca ha sido liderada por una mujer; además, en esta ocasión le correspondería a un candidato de Europa del Este asumir la secretaría general ya que tiene que ir rotando por continentes.
El Consejo de Seguridad seguirá teniendo la sartén por el mango porque, finalmente, será quién presentará un candidato a elección de la asamblea, que no sea vetado por ninguno de los cinco miembros permanentes y que reciba el voto de al menos nueve de los quince países que integran el Consejo.
El elegido deberá reunir capacidades políticas, diplomáticas, de gestión y de organización administrativa porque una de las tareas que la organización tendrá que enfrentar serán las reformas para adaptarse a los retos del siglo XXI, que no son los mismos que enfrentaba el mundo bipolar que la vió nacer en 1945. En este sentido, una de las cuestiones que habrá que poner encima de la mesa es la transformación de sus estructuras y funcionamiento, y eso incluye reformar el Consejo de Seguridad, una herencia de los equilibrios de poder creados por la Segunda Guerra Mundial, y poner fin a la desigualdad de condiciones de sus miembros como el derecho a veto o los «miembros permanentes».
En la agenda tiene desafíos de tanta envergadura como la proliferación nuclear, el cambio climático, los desastres naturales y humanitarios, los refugiados, las pandemias como el ébola o el zika y su tarea fundamental de estabilizar los países post-conflicto.
Posibles elegidos
La canciller argentina, Susana Malcorra, es una de los 12 candidatos y desde este jueves comenzará a pelear para hacerse un espacio dentro de la fase de preselección que culminará en septiembre.
También dentro de la región, tienen varias opciones la costarricense Christiana Figueres, secretaria ejecutiva del Convenio de Cambio Climático desde 2010. Figueres, de 59 años, estuvo a la cabeza de la firma del pacto internacional de París, en abril de este año, un acuerdo en el que estuvieron involucrados 175 países. Figueres podría pasar por delante de la argentina ya que, según el diario La Nación, Malcorra podría ser descartada por ocultar información sobre el caso de las denuncias de abusos sexuales en contra de cascos azules de la ONU en la República Centroafricana.
Otras de las posicionadas para el cargo son la búlgara Irina Bokova, quien es actualmente la directora de la Unesco y la ex primer ministra de Nueva Zelanda y quien desde 2009 dirige el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), Helen Clark.
Según el calendario establecido por la organización, en septiembre habrá otra preselección y en octubre se anunciará al próximo secretario general, que comenzará sus funciones en 2017.