La supuesta agresora: la actriz Natalie Portman, nacida en Jerusalén en 1981. Ganó el Oscar en 2011 por el filme Cisne Negro. Reside en Los Ángeles.
El supuesto agredido: Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel desde 2009.
El roce: Portman se negó a asistir a la entrega del Premio Genésis, considerado el Nobel judío, que le fue otorgado en diciembre y por el que recibiría dos millones de dólares. Su objetivo con esta decisión: “criticar a los líderes de Israel, sin boicotear a toda la nación… He decidido no asistir porque no quiero que parezca que apoyo a Netanyahu”, precisó en su cuenta en Instagram y continuó: «Como muchos israelíes y judíos en todo el mundo puedo criticar a los líderes de Israel sin boicotear a toda la nación. Israel fue creado hace exactamente 70 años como un refugio para las víctimas del Holocausto, pero el maltrato de aquellos que sufren las atrocidades actuales no casan con mis valores judíos. Porque me preocupo por Israel tengo que plantar cara a la violencia, la corrupción, la desigualdad y el abuso de poder«, escribió Portman en la red social refiriéndose a las protestas que se desarrollan desde hace cuatro semanas en la Franja de Gaza, cobrándose la vida de 38 palestinos asesinados por soldados israelíes.
El impacto: se le acusa de boicotear la ceremonia de entrega y emprender una campaña en contra de Israel en Hollywood.
El castigo: Se plantea revocarle su nacionalidad.
Las amenazas y campañas de despretigio: El ministro de Seguridad Interior y Asuntos Estratégicos de Israel, Gilad Erdan, la comparó con “Anakin Skywalker (de La Guerra de las Galaxias), un personaje que usted conoce bien, experimentó un proceso similar… No permita que el lado oscuro triunfe”.
La lapida también el titular de la cartera de Energía israelí, Yuval Steinitz, quien le ha dicho verbalmente: “Natalie Portman ha caído en manos de lo peor del antisemitismo de Oriente Próximo”, mientras que el diputado extremista del Likud (partido al que pertenece Netanyahu) Oren Hazan, pide que le sea retirada la nacionalidad.
La ministra de Cultura israelí, Miri Regev, acusó a Portman de “caer como una fruta madura en manos de los partidarios del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones” (BDS).
Lo que se le aplaude desde el bando opositor: Portman recordó a todos que el Estado no es Netanyahu. Hay muchos israelíes y judíos que se oponen al Gobierno de la derecha y que critican sus políticas.
El resultado: La ceremonia de entrega, prevista para el 28 de junio, fue cancelada.