En esta disputa comercial, que inició Washington el año pasado, septiembre será un mes decisivo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, persiste en su objetivo de profundizar la guerra económica que desató el año pasado contra China.
Tras varios dimes y diretes y las respuestas de Pekín, bajo el principio de reciprocidad, el mandatario estadounidense volvió a levantar este viernes las dudas sobre la posibilidad de que ambas naciones lleguen a un acuerdo comercial.
En este escenario, sujeto en gran medida a la inestabilidad de las posiciones de Trump, septiembre aparece como mes decisivo, porque para entonces se tiene prevista una ronda de conversaciones.
«Ya veremos si mantenemos o no nuestro encuentro en septiembre. Si lo hacemos, está bien. Si no, también está bien«, dijo este viernes el jefe de Estado a los periodistas en la Casa Blanca.
Más allá de esta declaración, la incertidumbre se aceleró cuando manifestó que aunque apuesta a las negociaciones, no está listo para cerrar un pacto con el gigante asiático.
«Estamos hablando con China, pero no estamos listos para hacer un trato; veremos qué sucede«, agregó.
De esta manera, disparó las preocupaciones en los mercados, pues, de no concretarse la cita de septiembre, todo apunta a que la Administración Trump cumplirá su amenaza de promulgar nuevos aranceles sobre 300.000 millones de dólares en productos chinos, ya que los gravámenes comenzarán el 1 de septiembre si no se alcanza un acuerdo comercial antes, reseñó EFE.
De acuerdo con un informe de Aduanas del país asiático, publicado el jueves, el intercambio comercial entre China y Estados Unidos entre enero y julio cayó 13,4 por ciento, si se compara con el mismo período de 2018.
Ya los productores chinos de tierras raras ―un grupo de 17 elementos químicos usados en la fabricación de equipos electrónicos y militares― advirtieron que si se concreta la aplicación de las tasas será el mercado estadounidense y sus consumidores los que deberán pagar el costo, refirió El Economista.
Hasta el momento, el Gobierno chino advirtió que se verá obligado a responder si EE. UU. impone nuevos aranceles. La portavoz de la Cancillería, Hua Chunying, indicó la semana pasada que Washington debe «asumir todas las consecuencias posibles que implica este paso».
«No queremos una guerra comercial, pero tampoco le tenemos miedo y en asuntos que son importantes para nosotros jamás cederemos un ápice. Pekín insta a EE. UU. a no hacerse ilusiones, actuar con responsabilidad y retomar el camino correcto que es la solución de las controversias mediante el diálogo de iguales», manifestó.
Fuentes: EFE, Sputnik y El Economista.