La caída del Vuelo 17 de Malaysia Airlines, que mató a 298 pasajeros en territorio ucraniano, brilla por su ausencia en los grandes medios de comunicación.
Apenas ocurrió el hecho, sin evidencia alguna, tanto Estados Unidos como la OTAN culparon a Rusia y a los rebeldes ucranianos por derribar el Boeing. Usaron esta acusación para que la Unión Europea aplicara sanciones a la economía rusa.
El 11 de agosto, la Junta de Seguridad de Holanda anunció que un reporte preliminar sería publicado en el transcurso de una semana con los primeros hallazgos de la investigación, durante la cual se le entregó custodia de la caja negra del avión.
El 25 de agosto, el gobierno holandés decidió no entregar las grabaciones. El anuncio levantó la sospecha inmediata de que Kiev tiene responsabilidad en los hechos.
Ya se han hecho preguntas respecto a por qué las fuerzas de Kiev instalaron numerosas baterías de BUK anti-aéreos en un área donde los rebeldes no tienen aviones, por qué el vuelo de Malaysia fue desviado cientos de millas por el control terrestre de Kiev, encima de una zona de batalla, y por qué los datos del tráfico aéreo de Kiev no han sido entregados a la opinión pública.
¿Fue derribado el avión por el ejército ucraniano, para simplemente crear una provocación que pudiera ser utilizada contra los rebeldes en el este de Ucrania y Rusia?
Las demandas de una investigación independiente están creciendo. Una petición enfatiza el peligro de la expansión de Estados Unidos y el cercado de la OTAN hacia Rusia, planteando la posibilidad de que el derribamiento del Vuelo 17 resultara de un intento para asesinar al presidente ruso Vladimir Putin, cuya aeronave regresaba desde Sudamérica el mismo día.
Los grandes medios de comunicación han callado, mientras que la ausencia de funcionarios del gobierno estadounidense que provean evidencia concreta (en más de un mes) a partir de sus propios satélites espías, alimentan las preguntas y sospechas que apuntan al rol del régimen golpista de Kiev en el hecho, y al peligro impuesto por la expansión militar de Estados Unidos y la OTAN en la región.
Traducido para El Ciudadano
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