La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que el último brote de ébola en la República Democrática del Congo empezó cuando enfermó una mujer de 65 años de edad en la localidad de Mangina.
El jefe de la división de Respuesta de Emergencia de la agencia médica de la ONU, el epidemiólogo Peter Salama, anunció que la fémina falleció en un hospital y fue enterrada sin los estándares fijados para prevenir la expansión.
Por ello, se contagiaron siete miembros de su familia, quienes también murieron. La mayor cantidad de infectados se concentra alrededor de esa zona y hay diez localidades aledañas a las que probablemente llegó el virus.
La ciudad de Mangina está ubicada en la provincia de Kivu del Norte, cerca de la frontera con Uganda, reseñó la agencia EFE. Para la OMS se trata de «una zona activa de conflicto», lo que complica la labor de los servicios de emergencia.
Salama precisó que es muy probable que el brote sea de la cepa Zaire, una de las más mortales. «Si se confirma que es el Zaire, entran en juego las vacunas y estamos haciendo ya preparativos para ello», comunicó.
Hace un semana, las autoridades del Congo habían anunciado el fin del brote del virus que comenzó en abril y ha dejado 33 muertos. Ese ocurrió a 2.500 metros del nuevo brote.
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