Rusia denuncia que las declaraciones del Departamento de Estado sobre el presunto uso de armas químicas por las autoridades sirias se basan en “fake news” o “noticias falsas”
A principios de semana, las grandes cadenas mediáticas internacionales se hicieron eco de que el Gobierno de Estados Unidos denunciaba un presunto ataque químico en el noroeste de Siria, por parte de fuerzas militares fieles al presidente Bashar al-Assad.
«Desafortunadamente, continuamos viendo indicios de que el régimen de Al-Assad podría haber reanudado el uso de armas químicas, incluido un supuesto ataque con gas cloro la mañana del 19 de mayo de 2019 en el noroeste de Siria», comunicó la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus.
Aunque Washington no ofreció detalles ni pruebas del supuesto ataque, sí advirtió que respondería “rápido y apropiadamente” junto a su aliados, «si Damasco emplea armamento químico».
Según el Departamento de Estado, las presuntas acciones forman parte de una campaña violenta del gobierno de Al-Assad “que viola un alto el fuego que ha protegido a varios millones de civiles en el área de Idlib», ubicada al oeste de Siria.
Sin ningún tipo de evidencias, la portavoz afirmó que el “ataque”, supuestamente, destruyó instalaciones médicas, escuelas, residencias y campamentos de desplazados.
Asimismo, Washington acusó a Moscú y Damasco de «crear una falsa narrativa de que son otros los responsables de los ataques con armas químicas que lleva a cabo el régimen de Al-Assad».
«En ocasiones, Rusia y Siria han utilizado estas acusaciones falsas como un pretexto anticipado de los bárbaros ataques con armas químicas por parte del régimen de Al-Assad», señaló el comunicado.
¿Cuál es la denuncia de Rusia?
Casi en simultáneo, los grandes medios decidieron pasar por alto que en días previos el Ministerio de Defensa de Rusia denunció los preparativos de terroristas del grupo Hayat Tahrir al Sham (Frente Al Nusra) para escenificar ataques químicos en la provincia de Idlib.
Según el alto mando militar ruso, los extremistas han reunido un grupo de civiles en la ciudad de Saraqib para que tomen parte en el montaje, en el que también participan especialistas médicos que habían recibido entrenamiento «bajo la dirección de oficiales de inteligencia de Estados Unidos».
«Los terroristas que operan en la zona de distensión de Idlib cuentan con una cantidad significativa de sustancias tóxicas con las que los militantes están equipando sus municiones para escenificar una ‘aplicación’ de ‘armas químicas’ contra la población civil por parte de fuerzas gubernamentales», reza el comunicado de Moscú.
¿Fake News? en Siria
El Kremlin también denunció que las declaraciones del Departamento de Estado sobre el presunto uso de armas químicas por las autoridades sirias se basan en “fake news” o “noticias falsas” divulgadas por facciones insurgentes y terroristas.
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, indicó que “se trata más bien de una nueva escenificación de los miembros de la oposición armada siria en la localidad de Kabani, en la provincia de Latakia”
Explicó que Estados Unidos basó sus acusaciones en datos publicados en los sitios web del grupo terrorista Tahrir Al Sham o Frente al Nusra.
“Así son las fuentes de información dudosas que sirvieron de base para las declaraciones oficiales de un país miembro del Consejo de Seguridad de la ONU”, indicó, citada por el portal Sputnik.
Zajárova condenó que las insinuaciones sobre el presunto uso de armas químicas por parte de Damasco contra su propio pueblo se hayan convertido “en parte indispensable de la política de los socios del Atlántico del Norte y Oriente Próximo”.
Asimismo, rechazó que Washington y sus aliados opten por seguir “el camino de desestabilización permanente de la situación, en vez de contribuir a una solución pacífica”.
Incluso los instó a asumir su responsabilidad por los crímenes cometidos en Siria.
«En lo referente a los estadounidenses y sus aliados de la coalición, deberían tener el valor para asumir finalmente la responsabilidad por los crímenes cometidos en Siria, que fueron muchos», declaró Zajárova.
Silencio mediático
El mayor ejemplo de este silencio de las cadenas mediáticas se produjo días atrás, cuando decidieron pasar por alto la filtración de un informe elaborado por ingenieros de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) que contradice el informe final del organismo, el cual devela lo que verdaderamente ocurrió en la ciudad siria de Duma en abril de 2018, y genera preguntas sobre la existencia de una presión política por parte de EE. UU., Reino Unido y Francia.
Después de que fuerzas gubernamentales sirias recuperarán el control sobre Duma, que se encontraba en manos de insurgentes a las que Damasco considera militantes islamistas, los Cascos Blancos, financiados por Washington y Londres, denunciaron más de 40 muertes ocasionadas por un supuesto ataque químico con «gas tóxico».
Esta denuncia sirvió de excusa para responsabilizar al Gobierno de Al-Assad y para que Washington, Londres y París perpetraran un ataque múltiple con misiles de crucero contra territorio sirio, a espaldas del Consejo de Seguridad de la ONU.
En su informe final sobre el ataque en Duma, publicado en marzo, la OPAQ descartó el uso de sarín (clasificado como arma química de destrucción masiva por la ONU), pero sí estableció que hubo un ataque con una sustancia tóxica que «contenía cloro reactivo» y «probablemente era cloro molecular».
El organismo afirmó que el cloro reactivo «posiblemente» estaba en dos cilindros industriales y sugirió que estos fueron lanzados desde el aire, ya que en el techo de los edificios en los que se hallaron había aperturas consistentes con la forma de los recipientes.
El informe citó a «expertos» externos sin especificar sus nombres, ni las entidades con las que estaban vinculados, y no incluyó datos de otro informe que contenía parte de la investigación realizada por los ingenieros de la propia OPAQ.
La verdad sobre el ataque en Duma
Ahora bien, el informe de los ingenieros se filtró en días recientes al Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y Medios, integrado por investigadores y académicos independientes.
El documento firmado por Ian Henderson, cuyo nombre aparece en posiciones de liderazgo, como experto, en documentos de la OPAQ entre 1998 y 2018, revela que «existe una mayor probabilidad de que ambos cilindros de gas fueron colocados manualmente en aquellas dos ubicaciones en lugar de ser arrojados desde las aeronaves«.
“Las dimensiones, características y apariencia de los cilindros, y la escena circundante de los incidentes fueron inconsistentes con lo que se habría esperado en el caso de que cualquiera de los cilindros se arrojara desde una aeronave, por lo que la colocación manual de los cilindros en los lugares donde los investigadores los encontraron es la única explicación plausible para las observaciones en la escena”, señaló el informe.
De este modo, según la evaluación firmada por un experto capacitado de la OPAQ, los cilindros que presuntamente suministraron gas venenoso y que mataron a docenas de personas en Duma fueron colocados manualmente en el terreno, lo que pone en duda la “evidencia” que se utilizó contra el Gobierno sirio y que sirvió para justificar los ataques aéreos de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Presión política
La veracidad del informe filtrado quedó clara cuando la propia Secretaría Técnica de la OPAQ informó que se abrió una investigación interna tras la publicación no autorizada del documento.
Por tal motivo, el hecho de que este informe no se diera a conocer con antelación socava la credibilidad sobre el abordaje de esta organización al conflicto en Siria, y en especial al uso de armas químicas.
“La evaluación filtrada de los ingenieros de la OPAQ se confirmó como genuina, lo que significa que el informe final ocultó activamente la evidencia de que el ataque químico fue organizado por los jihadistas y los Cascos Blancos”, advirtió el periodista británico Jonathan Cook.
“Los otros informes de la OPAQ sobre Siria ahora también deben considerarse inútiles”, señaló en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter.
Por su parte, Piers Robinson, investigador británico e integrante del Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y Medios, planteó que resulta sospechoso por qué la OPAQ decidiera que la versión final del informe oficial, que sugiere que los cilindros fueron lanzados desde el aire, incluyera el análisis de «organizaciones oscuras y anónimas”.
«El informe final de la Misión de Investigación de la OPAQ no fue aprobado. No pusieron el nombre de nadie ahí. Es muy inusual para los informes finales de la OPAQ», explicó en declaraciones a Actualidad RT.
Al respecto, Robinson preguntó: “¿Qué tipo de presión política podrían haber ejercido sobre la OPAQ desde Francia, Reino Unido y EE. UU. para acallar un informe interno y recurrir a los esfuerzos de investigadores externos”.
“En el caso de que la organización de verdad haya sufrido este tipo de presión, esto sería «un asunto increíblemente grave», expresó. También estima que el ataque en Duma aún requiere ser investigado a fondo.
¿Dónde están los titulares?
La manera en que los grandes medios guardaron silencio sobre la forma en que EE. UU. utilizó a su antojo a la OPAQ para justificar sus ataques en Siria causó conmoción en la opinión pública.
En el caso del músico Roger Waters, cofundador de Pink Floyd, lamentó la actuación de los medios sobre la verdad del uso de armas químicas en la nación del Medio Oriente.
En su cuenta en Twitter publicó un mensaje titulado “¿Dónde están los titulares?”, el que recuerda que el 7 de abril de 2018 el Frente Al Nusra o los Cascos Blancos —»quienquiera«— representaron para las cámaras un supuesto ataque con armas químicas en la ciudad siria de Duma.
«No tenías que ser un sabueso para oler la rata«, aseguró el también activista.
Waters condenó que EE. UU., Reino Unido y Francia «ignoraran el hedor a rata» y, a modo de represalia, tras la difusión de la mentira, bombardearon el país árabe mucho antes de que surgiera un reporte oficial de la OPAQ sobre lo que había realmente ocurrido en el lugar.
El músico expresó su rechazo a que el informe filtrado de los ingenieros de la OPAQ, que aclara que los cilindros fueron colocados manualmente, fuera ignorado por los medios.
«Estamos viviendo en una pesadilla distópica en la que el ‘hermano mayor’ escribe la narrativa, y la única responsabilidad de los pueblos es permanecer cómodamente adormecidos, o incómodamente adormecidos, sordos y jodidamente tontos», lamentó.
Asimismo, instó a los medios de comunicación a que se disculparan con él por los ataques en su contra, tras acusar a los Cascos Blancos de escenificar el ataque con armas químicas en Duma.
Waters no fue el único que condenó esta situación. «Es realmente importante. ¿Por qué no estamos hablando sobre esto?», preguntó la actriz estadounidense Susan Sarandon al referirse a cómo la presión política de Washington distorsiona la realidad de los hechos a su conveniencia.
«Es posible que acabemos de descubrir una pieza importante del rompecabezas que explica cómo las organizaciones internacionales aparentemente independientes ayudan a engañarnos, haciéndonos consentir guerras y el intervencionismo de cambio de régimen por todo el mundo».
Por su parte, la también actriz, Pamela Anderson respondió a Sarandon que la conforta ver a «pensadores independientes en Hollywood», y llamó a que el resto también se pronuncien, aunque arriesguen su carrera.
Responsabilidad de las mentiras
La periodista norteamericana Caitlin Johnstone, se refirió a la responsabilidad que tienen los medios de comunicación sobre la tragedia que se vive en Siria. Al decidir publicar aquello que beneficia a la intervención de Washington y dejar de lado la verdad de los hechos, las grandes corporaciones son cómplices de la muerte, la violencia y la destrucción en la nación árabe.
“La narrativa de que el presidente sirio Bashar al-Assad es un monstruo que gasea a su propio pueblo se ha utilizado para justificar el intervencionismo occidental, que incluye armar a grupos terroristas reales, lo que les permite dejar un rastro de sangre y caos en Siria. Esta narrativa se utiliza hoy para mantener el apoyo y defender las sanciones agobiantes que hacen que la vida de los sirios sea un infierno«, expuso en un artículo publicado en el portal Medium.
Igualmente, subrayó que no se trata de un hecho antiguo, “esto está sucediendo ahora y no se sabe cuándo estos esfuerzos de asedio hacia el cambio de régimen se incrementarán en formas más abiertas de acción militar. La violencia, el desplazamiento y las dificultades económicas que padece el pueblo sirio por este intervencionismo están causando un sufrimiento incalculablemente inmenso, y todo gracias a las narraciones falsas vendidas al público”.