Este jueves por la mañana se escucharon explosiones que provocaron un incendio a bordo de dos buques petroleros en el golfo de Omán.
El portavoz del Mando Central de Estados Unidos (EE.UU.) teniente coronel Earl Brown, confirmó a ABC News que el pasado 13 de junio se registró un ataque contra dos buques petroleros en el golfo de Omán, del que Washington responsabiliza a Teherán.
Según Brown, un misil modificado iraní tierra-aire SA-7 trató de derribar el dron estadounidense MQ-9 con el objetivo de «interrumpir la vigilancia del ataque de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán contra el petrolero Kokuka Courageous».
Precisó que el ataque contra el dron tuvo lugar a las 6:45 hora local y que previamente el MQ-9 había documentado el incendio en otro petrolero atacado, el Front Altair.
«El SA-7 fue ineficaz y su punto de acercamiento máximo al MQ-9 fue de aproximadamente un kilómetro«, detalló Brown.
Los buques afectados fueron el Front Altair y Kokuka Courageous, que iban con 23 y 21 tripulantes a bordo, respectivamente.
La primera explosión tuvo lugar en el Front Altair, que navegaba desde Emiratos Árabes Unidos a Taiwán con un cargamento de nafta, un compuesto líquido de hidrocarburos intermedios derivados de la refinación del petróleo crudo, y fue seguida de otra aproximadamente una hora después, en el Kokuka Courageous, que había partido desde Arabia Saudita con destino a Singapur con un cargamento de metanol.
Washington culpó del ataque al Gobierno iraní y difundió un video borroso que supuestamente muestra a miembros de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria retirando una mina adherida al casco del Kokuka Courageous, y que al parecer no llegó a explotar.
El secretario del Estado norteamericano, Mike Pompeo, indicó que el incidente en el golfo de Omán forma parte de una «campaña» de «tensión creciente» por parte de Teherán, y advirtió que esta acción constituye una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
Arabia Saudí también sostuvo que los buques petroleros fueron atacados por Irán, mientras que el Reino Unido llegó a la misma conclusión «con casi total seguridad», reseña RT.
¿Complot contra Irán?
Por su parte, la república islámica desmintió tener cualquier tipo de relación con el suceso y rechazó las acusaciones de Washington, calificándolas de «infundadas» y sugirió que son sus aliados Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos quienes están detrás del ataque.
Alaeddin Boroujerdi, parlamentario iraní y expresidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento consideró que el incidente «es muy sospechoso«.
«Estoy seguro de que la política de EE.UU. en el golfo Pérsico, en el de Omán y en Oriente Medio tienen como objetivo aumentar la tensión en la región (…) Es el único país al que le sale rentable culpar a Irán», manifestó el parlamentario persa.
Boroujerdi calificó de falsas las declaraciones de Pompeo y acusó a Washington de estar detrás de los ataques a los petroleros porque «quieren que la región no sea segura» para «vender más armas, construir más bases e incrementar su presencia en la zona».
La nación persa recibió el apoyo de China y Rusia, que pidió no sacar “conclusiones precipitadas”.
“Es inaceptable acusar a alguien hasta que concluya una investigación internacional”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.
A su vez el presidente de la nación euroasiática Vladimir Putin dijo que el responsable de la desestabilización de la región es Washington por romper el pacto nuclear.
El incidente, que empujó al alza los precios del crudo en las bolsas, el hecho ocurrió cerca del estrecho de Ormuz, que conecta el golfo de Omán con el Pérsico. Se trata de una de las rutas de petróleo más importantes del mundo, por la que pasa más de un tercio del crudo transportado por vía marítima.
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