En su libro ‘North Korea: Markets and Military Rule’ (‘Corea del Norte: Los Mercados y la Regulación Militar’), cuyos extractos fueron publicados por ‘The Guardian‘, Hazel Smith desmiente algunos de los mitos más habituales relacionados con el enigmático país asiático.
«Los norcoreanos son ignorantes»
Uno de los mitos más generalizados es que los norcoreanos son ignorantes, atrasados educativamente, creen solo en lo que les dice el Gobierno y carecen de la sofisticación suficiente como para entender el mundo más allá de sus fronteras, escribe la autora.
Mientras tanto, prosigue, hay jóvenes que estudian en el extranjero, sobre todo en las universidades de China pero también en las de otros países, como el Reino Unido.
Además, la población de Pionyang y algunas otras ciudades entra con frecuencia en contacto con los extranjeros, sobre todo en el sector de servicios (hoteles, tiendas, bares).
«Los norcoreanos son cualquier cosa menos ignorantes», asegura la experta, explicando que tienen «alfabetización casi universal«, y que alrededor del 35% de los graduados de secundaria pasaron a la educación universitaria en el 2002.
«Corea del Norte es una potencia militar peligrosa e irracional»
El país es presentado habitualmente como un «Estado terrible que representa una seria amenaza para sus vecinos», sostiene Smith.
A su juicio, esta amenaza es exagerada y desvía la atención de las amenazas reales. El riesgo de una guerra no se debe a que Pionyang sea «inherentemente irracional», sino a que el conflicto subyacente entre Corea del Norte y Corea del Sur sigue sin resolverse, explica la experta.
Además, muchos ven al país como una amenaza debido a su arsenal nuclear. Mientras tanto, hay que tener en cuenta que fue creado con «la intención de utilizar los recursos limitados del país para desarrollar la disuasión definitiva contra la invasión o el cambio de régimen coercitivo», y que la capacidad nuclear de Corea del Norte es insignificante en comparación con la de EE.UU., que en 2011 poseía 2.200 cabezas nucleares operativas, apunta la autora.
«Corea del Norte es un Estado criminal»
El tercer mito consiste en que Corea del Norte es un Estado criminal, donde actividades ilegales se llevan a cabo por los representantes estatales y empresas de propiedad estatal y son dirigidas por el Gobierno a fin de obtener beneficio personal, señala la analista.
En su opinión, este cliché proviene, en primer lugar, de los informes del Gobierno de EE.UU. y los medios de comunicación internacionales, que, a su vez, a menudo se basan en acusaciones de desertores y funcionarios estadounidenses no identificados, y carecen de evidencias.
La imagen del país creada por los medios, «oculta cambios importantes en la sociedad de Corea del Norte, y obstaculiza nuestra comprensión de sus consecuencias políticas», concluye la autora.