Las crecientes sanciones estadounidenses contra Rusia, Irán y Turquía, la escalada de la guerra comercial contra China y la aplicación de restricciones económicas contra Irán hacen que se formen nuevas alianzas entre países y sistemas para contrarrestar las presiones y formas de guerra económica impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Las nuevas sanciones de EE.UU. contra Rusia buscan dañar la industria del petróleo y el gas. Sin embargo, «a Estados Unidos le será extremadamente complicado cortar el comercio de petróleo», ya que «no controla la mayoría de las rutas comerciales del oro negro ruso. Por ejemplo, el principal comprador de petróleo actualmente es China», comentó el economista ruso Valentín Katasónov, en declaraciones a Sputnik.
Al mismo tiempo, en respuesta a los aranceles estadounidenses, China se cerró a los hidrocarburos estadounidenses, incluyendo el gas natural licuado. Ya en julio, dos buques rusos enviaron al gigante asiático el primer lote de gas dentro del proyecto Yamal GNL.
La guerra comercial también obligó al país asiático a buscar alternativas al mercado estadounidense para evitar la presión de aranceles. En particular, se trata de las mercancías de alta tecnología que se están abriendo paso en el mercado ruso y europeo, señaló a su vez el economista Dmitri Abzálov, también a Sputnik.
El analista observó que China depende de las importaciones de soja y carne porcina desde EE. UU. Rusia podría sustituirlo en el suministro de esta última mercancía. Así, los países podrían complementarse de manera eficiente, añadió.
El problema de la dependencia del Dolar
Ambos expertos coindicen en que el principal problema para los países que están en conflicto con EE. UU. es su dependencia de la moneda estadounidense, que controla más del 70% del comercio internacional.
Según Katasónov, una importante parte de las reservas internacionales chinas está representada en dólares, pero «la probabilidad de que EE. UU. bloquee y congele las reservas internacionales es muy baja, porque de esta manera cavaría su propia tumba: el congelamiento de una parte tan grande de reservas llevaría al colapso de la moneda estadounidense».
Uso de las monedas nacionales
El uso de las monedas nacionales podría ser una herramienta eficaz para reducir la dependencia del dólar. Abzálov notó que Rusia y China están pasando a los sistemas de transacciones en monedas nacionales. No obstante, es un proceso bastante complicado ya que «toda una serie de industrias, la petrolera, la metalúrgica, en general, todas las industrias del crudo están vinculadas al dólar».
Por lo tanto, según el economista, «es necesario crear bolsas propias, lo que está haciendo China. Rusia también tiene su bolsa, pero todavía no cumple las tareas asociadas con las exportaciones».
Nuevas alianzas alternativas
Además de China y Rusia, otros países también se ven afectados por la presión de Washington, lo que les hace reconsiderar sus posturas. «En particular, Alemania, que tampoco se lleva muy bien con Donald Trump, se vio afectada por las sanciones antiiraníes», señaló Abzálov.
La líder del grupo parlamentario del partido alemán de izquierda Die Linke, Sahra Wagenknecht, afirmó que, en lugar de seguir la línea de Estados Unidos, Europa debería entablar relaciones positivas con Rusia.
A su vez, Katasónov opinó que Rusia necesita estrechar relaciones con Irán, al igual que con Turquía, países que también están sufriendo las sanciones estadounidenses. «Turquía se ha peleado con Occidente de manera grave y para mucho tiempo. Erdogan quiere presionar la actividad del Banco Central turco para fortalecer la economía, pero entonces debería limitar el movimiento transfronterizo de capital, lo que echaría más leña al fuego y enfurecería a Occidente».
Según el experto, sería una grave violación del Consenso de Washington: «Reglas elaboradas por los dueños del dinero que deben seguir todos los países, reglas que llevan a la destrucción de la soberanía nacional de los Estados y allanan el terreno para que estos mismos dueños del dinero se conviertan en los dueños del mundo».
Para contrarrestar este sistema, Rusia, Irán y Turquía deben fortalecer la cooperación comercial y de inversiones, así como crear un espacio común con el uso de criptomonedas. En general, el analista se opone a las monedas digitales, pero en el contexto de las sanciones económicas, considera oportuno usarlas para las transacciones entre países que están bajo restricciones.
Es decir, la paradoja es que, actualmente, muchos países van construyendo sus propios sistemas y fortaleciendo sus posiciones económicas, lo que habría sido imposible sin la presión externa de Estados Unidos, concluyó Abzálov.