«Si ellos comienzan a hacer el concierto (llorar) porque no están cómodos, tienen calor, o tienen hambre, dadles de mamar, sin miedo, porque también esto es un lenguaje de amor». Con estas palabras el Papa Francisco invitó a las distintas madres que estaban bautizando a sus hijos (18 niñas y 16 niños) en la Capilla Sixtina el domingo pasado.
Lo anterior se ve enmarcado, en una ceremonia que ya se ha convertido en una tradición anual del primer domingo del año después de la Epifanía. Se trata de una costumbre que inició San Juan Pablo II en 1989 para recordar el día en el que Jesús fue bautizado en el río Jordán.
En la homilía, que fue realizada de forma totalmente improvisada y sin textos de apoyo, el Papa ha recordado a los padres y padrinos que la principal tarea que tienen ahora por delante es la de transmitir la fe a los niños: «Vosotros traéis al Bautismo a vuestros hijos. Este es el primer paso para aquella tarea que tenéis de la transmisión de la fe. Tenemos necesidad del Espíritu Santo para transmitir la fe, solos no podemos. Poder transmitir la fe es una gracia del Espíritu Santo», dijo.
Además el Papa, invitó a los padres asistentes a que le traspasaran la fe a sus hijos: «solamente puede hacerse en el dialecto» que se usa en la familia. En esa misma línea agregó que, «no os olvidéis de que se hace en dialecto. Y si falta el dialecto, si en casa no se habla entre los padres la lengua del amor, la transmisión no es tan fácil, no se podrá hacer».
Cabe destacar que no es primera vez que Francisco invita a las mujeres a que le den pecho a sus hijos en público, ya que lo considera un acto que representa el lenguaje del amor.
El Ciudadano