«Es un alivio ver que los austriacos rechazan el populismo y el extremismo. Todos en Europa deben sacar lecciones de esto», escribió en Twitter el primer ministro francés, Manuel Valls.
La preocupación de Valls, sin embargo, continúa. Porque aproximadamente la mitad de los austriacos que fueron a las urnas (49,7%) no rechazaron el populismo y extremismo que el jefe del gobierno francés les reprocha a Hofer y a su Partido de la Libertad.
De ganar, Hofer hubiera sido el primer jefe de Estado europeo de la extrema derecha.
Pese a no vencer y a que el cargo de presidente no es tan relevante en Austria como el de canciller, que actúa como jefe de gobierno, lo sucedido en el céntrico país europeo es una muestra más del auge de la derecha radical en el Viejo Continente.
Pero, ¿por qué Austria es el país en el que más lejos de momento ha llegado la extrema derecha?
Inmigración y desilusión
Como en otras partes de Europa, los partidos contrarios a la llegada de inmigrantes, al avance del islam en el continente y la cesión de soberanía en favor de la Unión Europea están encontrando una buena base de apoyo.
A eso se suma la desilusión con el «establishment» político tradicional, algo que también está sucediendo en Estados Unidos.
Ello se reflejó en el hundimiento del centro-izquierda y centro-derecha tradicionales, que desde la Segunda Guerra Mundial siempre se habían repartido la presidencia en Austria.
«En Austria, los gobiernos europeos pueden ver un espejo de su propio futuro. Las tensiones sociales están aumentando», se lee en un editorial sobre el auge de la extrema derecha europea.
Ese editorial, sin embargo, no fue escrito en los últimos días.
El periodista trotskista Peter Schwarz lo escribió hace 16 años, en febrero de 2000, cuando el Partido de la Libertad, al que pertenece Hofer, fue parte de una coalición de gobierno por primera vez.
Para ese entonces, el carismático y controversial líder del partido, Joerg Haider, ya había sido objeto de condena tanto a nivel nacional como internacional por elogiar al cuerpo de combate de las SS de Adolf Hitler, por sus posicionesantiinmigrantes y por su euroescepticismo.
La historia se repite
Katya Adler, entonces corresponsal de la BBC en Viena, recuerda que asistió a la marcha en contra de Haider en la que participaron al grito de «¡Nunca más!»decenas de miles de personas en la Heldenplatz.
En ese entonces, Europa estaba consternada por la inclusión en el gobierno austriaco del Partido de la Libertad. Por primera vez en la historia de la Unión Europea, todos los otros miembros del bloque decidieron sancionar a uno de los suyos. Se congelaron las relaciones diplomáticas con Viena. Austria estuvo 6 meses condenada al ostracismo.
Ahora, 16 años después, de nuevo el Partido de la Libertad vuelve a ser protagonista político del país.
Pero muchos creen que Hofer, bajo su buena oratoria y su imagen amable, es mucho más radical que Haider, quien se vio obligado a moderar posiciones.
En 2011, por ejemplo, Hofer fue el encargado de renovar el manifiesto del Partido de la Libertad. En él reintrodujo un «compromiso con el pueblo alemán». Usó el término Volksgemeinschaft (comunidad), que recuerda fuertemente a la retórica nazi.
Aunque no pone en duda que Austria es un país soberano, Hofer muestra orgulloso su pertenencia a la fraternidad estudiantil nacionalista Marko-Germania, que defiende la «comunidad cultural alemana» y cuyo eslogan es «Honor, Libertad, Patria».