Todos hemos tenido un amor imposible; esa persona que nos hace sentir algo diferente cuando lo vemos pero que en el fondo sabemos que nunca nos volteará a ver. Ese amor se le denomina amor platónico.
Se refiere al amor inalcanzable, al que por diversas circunstancias no se puede materializar; en el puede haber un elemento sexual que se da de forma mental, imaginativa o idealística y no de forma física.
Esta denominación popular tiene como significado el amor no correspondido o imposible que, por ello, persiste como un ideal, inalcanzable.
El amor platónico debe su nombre al sistema filosófico fundado por el griego Platón, para quien esta idea de amar se encuentra dentro de la clasificación de los tipos de amor en sus Diálogos (sobre todo en Fedro y El Banquete) donde se habla de un amor a la belleza manifestándose típicamente en el amor entre un hombre y un muchacho, pero un amor que es preferible expresar en forma intelectual y no física.
Platón sostenía que el verdadero amor es el amor a la sabiduría, al conocimiento, por lo tanto el amor platónico no es el amor al ideal de una persona sino el amor a conocerla y por saber de ella.
Mientras que la belleza del cuerpo sostenía, no se halla en el cuerpo mismo sino que es la imagen o reflejo de la belleza espiritual, por lo que el alma humana debería aspirar a conocer y amar esa belleza esencial.
“A continuación debe considerar más valiosa la belleza de las almas que la del cuerpo, de suerte que si alguien es virtuoso del alma, aunque tenga un escaso esplendor, séale suficiente para amarle, cuidarle, engendrar y buscar razonamientos tales que hagan mejores a los jóvenes, para que sea obligado, una vez más, a contemplar la belleza que reside en las normas de conducta y a reconocer que todo lo bello está emparentado consigo mismo, y considere de esta forma la belleza del cuerpo como algo insignificante”.
En la actualidad se suele utilizar este concepto con estos significados aunque es una variación de la idea de amor para Platón.
“Amor platónico” fue utilizado por primera vez por el filósofo florentino neoplatónico Marsilio Ficino en el siglo XV como un sinónimo de amor socrático. Ambas expresiones se refieren a un amor centrado en la belleza del carácter y en la inteligencia de una persona, y no en su apariencia física.
La expresión cambió de concepto gracias a la obra de Sir William Davenant de 1636, The platonic lovers, donde el poeta inglés se refiere al amor como la raíz de todas las virtudes y de la verdad.
A pesar de que el concepto de amor platónico proviene o tiene sus orígenes en la ideología de Platón; en la actualidad se han creado diferentes argumentos para decir que este gran pensador griego no practicaba un amor espiritual o de abstinencia. Platón nunca defendió un amor espiritual sin sexo, afirma el historiador Jay Kennedy. Más bien, abogó por un camino medio. La moral significaba para él la contención. Quería que la gente evitara tanto la promiscuidad sexual como la abstinencia.
Sea como sea el caso, todos tenemos ese amor difícil de alcanzar, pero superable.
Gloria Gavito en Cultura Colectiva