Cualquier empresa que colabore en la construcción del gasoducto Nord Stream 2, que conectará Rusia con Alemania, será sancionada por Estados Unidos.
Así lo dispuso el presidente norteamericano, Donald Trump, a través de una polémica ley que firmó este viernes, en un intento más por obstaculizar el desarrollo de esta instalación submarina que amenaza los intereses de Washington y Ucrania en Europa.
Las sanciones, se incluyeron en la Ley de Autorización de Defensa Nacional, que incluye gastos de defensa para el año fiscal 2020, y alcanza a compañías que construyen el ducto Nord Stream 2 en el Mar Báltico.
La administración del mandatario republicano calificó al gasoducto como una «herramienta de coerción«, y según los congresistas estadounidenses, este gasoducto “enviaría miles de millones de dólares a Moscú y aumentaría enormemente la influencia del presidente ruso Vladimir Putin en Europa”.
El nuevo paquete de sanciones se dirige a empresas y personas que participen de la provisión de servicios para el gasoducto.
Entre las penalidades se incluyen la revocación de visas para ingresar a territorio norteamericano y el congelamiento de activos financieros que se encuentren bajo jurisdicción estadounidense.
La ley de presupuesto de defensa prevé un plazo de 30 días de gracia para que esas empresas y personas pongan fin a sus operaciones en el proyecto del Nord Stream.
Las sanciones establecen que «las partes involucradas que han vendido, arrendado o proporcionado a sabiendas embarcaciones que se dedican a la instalación de tuberías a profundidades de 100 pies o más por debajo del nivel del mar para la construcción de Nord Stream 2 deben garantizar que dichas embarcaciones cesen inmediatamente las actividades relacionadas con la construcción».
Uno de los principales blancos de la medida es Allseas, una empresa suiza que ha instalado casi toda la tubería submarina.
Esta compañía informó que suspendería sus obras en Nord Stream 2 , que se encuentran en una etapa final, ante las sanciones de Washington, y declaró que espera «aclaraciones legales, técnicas y ambientales necesarias por parte de la autoridad estadounidense pertinente».
Gas directo y barato para Europa
El proyecto Nord Stream 2, impulsado por una alianza de empresas de Rusia, Alemania, Austria, Francia y Países Bajos, prevé el tendido de dos tuberías para transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales de gas.
Se trata de un macroproyecto que costará más de 10.000 millones de dólares. El plan es tender, para que funcione en paralelo al gasoducto Nord Stream 1 (inaugurado en 2011), una tubería de 1.224 kilómetros de largo por el fondo marino que una la salida de Rusia al mar Báltico con la costa nororiental de Alemania, sin necesidad de pasar por territorio ucraniano o de cualquier país de Europa del Este.
En concreto, la infraestructura atravesará las aguas territoriales y/o zonas económicas exclusivas de Alemania, Finlandia, Rusia, Suecia y Dinamarca.
Este proyecto fue concebido para diversificar las rutas del suministro del combustible a Europa, obtener una reducción en los costos y elevar la seguridad energética.
Al frente de este importante proyecto se encuentra la empresa gasífera rusa Gazprom y otros grupos energéticos alemanes como Uniper y Wintershall, la austriaca OMV, la francesa Engie y el gigante anglo-holandés Shell.
Pérdidas para EE.UU. y Ucrania
Desde un principio, el proyecto ha despertado la oposición de Estados Unidos, que busca vender a Europa su gas natural licuado, así como de Ucrania, que teme perder sus ingresos por el tránsito del gas ruso por su territorio.
El gas natural licuado (LNG) se ha convertido en uno de los puntos estratégicos del comercio exterior del gobierno de Donald Trump.
Con el gas de esquisto, extraído gracias a la controversial técnica del fracking o fracturación hidraúlica, Estados Unidos logró en una década estar en capacidad de exportar esta fuente energética
El Instituto de Investigación Energética (IER) estima que con un puerto de LNG en funcionamiento, cinco proyectos que están en construcción y otros cuatro ya aprobados, la nación norteamericana “se va a convertir en el tercer mayor exportador de gas licuado del mundo, por detrás tan sólo de Catar y Australia”, tal y como reseña el diario El Confidencial.
Sin embargo, Washington teme que el gasoducto Nord Stream 2 incremente la capacidad de control de Rusia sobre el suministro de energía hacia Europa y reduzca la participación en el lucrativo mercado europeo para el gas natural licuado estadounidense.
Es casi imposible que las importaciones de gas proveniente de los Estados Unidos compitan en función de costos con el gas ruso.
De hecho, el Nord Stream 2 ubicará a Rusia en una posición estratégica como proveedor de gas en la región, lo que supone un gran obstáculo para los intereses de Donald Trump, en su afán por controlar el planeta.
En el caso de Ucrania, cuando el nuevo gasoducto comience a operar, se calcula que la nación satélite de EE.UU. dejará de obtener unos 1.800 millones de euros al año por concepto de impuestos sobre el paso de gas sobre su territorio , tal y como revela un estudio del Centro para la Reforma Europea, citado por El Confidencial.
Esta cifra equivale al 2 % de su Producto Interno Bruto (PIB), por lo que no es de extrañar que el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, sea uno de los mayores detractores del proyecto.
Washington y Kiev se han unido en su ataque frontal al gasoducto. El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo ha afirmado que ambos países harán sus mejores esfuerzos para detener el proyecto.
“Trabajaremos juntos para frenar el proyecto Nord Stream 2 que socava la seguridad económica y estratégica de Ucrania y la soberanía de los países europeos que dependen del gas ruso”, dijo.
Doble moral de la Unión Europea
En la actualidad Moscú suministra alrededor del 40% de los suministros de este hidrocarburo a la Unión Europea (UE), por lo que varios de los países miembros del bloque han expresado su preocupación ante la dependencia del gas ruso, e incluso a principios de este año algunos de ellos amenazaron con retirar su apoyo al proyecto.
Finalmente, la UE acordó fortalecer las regulaciones sobre Nord Stream 2, e impulsar el desarrollo de las obras.
Frente a las sanciones aplicadas por Trump, el bloque señaló que tiene todo el derecho de tomar sus propias decisiones respecto a su política energética.
A su vez, la Comisión Europea indicó que está analizando las repercusiones posibles de dichas sanciones estadounidenses.
“El objetivo de la Comisión siempre ha sido asegurar que el Nord Stream 2 opera de forma transparente”, afirmó en un comunicado.
La posición de la UE en defensa del gasoducto, un proyecto liderado por la empresa rusa Gazprom, resulta curioso ya que el pasado 12 de diciembre el bloque oficializó la prórroga de las sanciones económicas a Moscú por seis meses, hasta el 31 de julio de 2020.
Estas medidas abordan los sectores financiero, energético y de defensa, así como los bienes de doble uso.
La UE condena al gobierno de Vladimir Putin por la reunificación de Crimea a Rusia, a pesar de que en el referéndum celebrado en marzo de 2014, más del 96% de los votantes avaló esta opción.
Sin embargo, para los países miembros de la Unión Europea es crucial que se concluyan las obras del Nord Stream 2 para poder asegurarse el suministro oportuno y más económico del gas para sus países.
Importancia para Alemania
Indudablemente el Nord Stream 2 es vital desde el punto de vista económico para Alemania. Para el gobierno de Angela Merkel, el proyecto permitirá saciar la necesidad de encontrar una fuente que abastezca la demanda de este preciado aunque contaminante hidrocarburo.
La primera potencia económica del continente europeo es también el país que más gas natural consume y el que más importa. De hecho cubre e 44% de su demanda con gas ruso.
Con el nuevo gasoducto, Berlín se aseguraría mayor abastecimiento a su demanda de gas natural sin necesidad de intermediarios. Evitaría que su suministro se viese afectado por cualquier tensión política en Europa del Este.
Asimismo, podría comprar más gas del que necesita, para revenderlo a otros socios europeos y convertirse así en un centro distribuidor el continente.
Frente a las sanciones aplicadas por Trump, el gobierno alemán reaccionó de inmediato y las calificó de un acto injerencista.
«Alemania rechaza estas sanciones extraterritoriales. Afectan a las sociedades alemanas y europeas y constituyen una injerencia en nuestros asuntos internos», afirmó Ulrike Demmer, una portavoz de la canciller alemana Angela Merkel en un comunicado.
Rusia culminará el gasoducto
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, aseguró que el proyecto del gasoducto Nord Stream se implementará a pesar de las sanciones de Estados Unidos.
Además, afirmó que su país responderá a las sanciones de modo que no se dañen ellos mismos.
Recalcó que el proyecto de Nord Stream 2 será factible porque los europeos están interesados en él ya que es un mecanismo que les otorgará seguridad energética a largo plazo y por el beneficio comercial que les aportará.
Mediante un comunicado, la cancillería rusa señaló que detrás de las sanciones hay un interés por imponer el gas licuado estadounidense y así desacelerar el desarrollo de la economía europea, como socavar la capacidad de competir con Estados Unidos en los mercados mundiales.
A juicio del representante permanente de Rusia ante la Unión Europea, Vladímir Chizhov, las medidas estadounidenses podrían provocar una demora en la construcción del gasoducto Nord Stream, pero no obligarán a cesar el proyecto.
“Posiblemente causen una demora, pero no podrán detener el proyecto, solo se trata de intentos de obstaculizarlo de alguna manera”, afirmó.
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