Organizaciones musulmanas denuncian que estas declaraciones contribuyen a un clima de creciente islamofobia.
El aspirante presidencial republicano Donald Trump ha provocado una auténtica tormenta política en los Estados Unidos cuando afirmó el pasado lunes que habría que prohibir la entrada de cualquier musulmán a los Estados Unidos.
El empresario multimillonario, que ya ha pronunciado en el pasado ataques contra la comunidad inmigrante latina, se reafirmó en sus palabras en entrevistas posteriores y agitó el fantasma del 11 de septiembre y del terrorismo, debido a los últimos atentados de París y de California.
La inmensa mayoría de la sociedad ha reaccionado en su contra, especialmente la comunidad musulmana, que aunque es minoritaria, está muy arraigada en algunos estados.
Estas declaraciones llegan en medio de un clima anti islámico que ha provocado un incremento de agresiones contra la comunidad musulmana en las últimas semanas, tal y como denunciaron este miércoles decenas de activistas frente al ayuntamiento de Nueva York.