El preocupante gasto energético de las monedas virtuales

El uso y la creación de monedas virtuales, como bitcoin, conlleva un alto consumo de electricidad. Los análisis hechos desde la entidad económica Morgan Stanley y el economista Alex de Vries, sostiene  que la capacidad informática asociada a la creación de una moneda virtual equivale al consumo energético de dos años en un hogar promedio de Estados Unidos.

De acuerdo a ellos, toda la red de computadoras asociadas a Bitcoin, igualan el consumo energético de un país de tamaño «medio» . De la misma manera lo hace Ethereum, la divisa virtual que compite con Bitcoin.

Ante el explosivo crecimiento de estas monedas, y las enormes alzas en sus respectivos precios, ha generado un debate respecto al derroche energético asociado a su uso.

El creador de  Ethereum,Vitalik Buterin, declaró estar buscando soluciones a este problema y trabajando por hallar opciones energéticamente más eficientes para la creación de estas monedas.

Buterin sostuvo que “me sentiría muy triste si mi principal contribución al mundo fuera sumar el equivalente al consumo de electricidad de Chipre al calentamiento global”

Es justamente ese punto el que preocupa, ya que la cantidad de energía empleada por estas monedas podría ser un aporte significativo al calentamiento global y la creación de este nuevo sistema financiero podría estar atentando contra el planeta.

Esas son las dos caras de un acalorado debate sobre el futuro de estas divisas.  Establecer un sistema financiero independiente a gobiernos y empresas necesita sustentarse en un importante gasto energético. La pregunta que se hacen muchos, es si esta nueva tendencia lo justifica.

¿Por qué gastan tanta energía las divisas virtuales?

Según publica el New York Times, las computadoras que buscan crear monedas, intentan encontrar respuestas aleatorias a un complejo algoritmo matemático. Para poder hacerlo y tener mayores opciones de éxito se deben emplear muchas suposiciones distintas a esas respuesta. Mientras más suposiciones, mayor probabilidad de éxito, pero también mayor capacidad de procesamiento y gasto energético.