Esta semana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se refirió a las elecciones en Italia, ocasión en la que reivindicó los principios democráticas y recordó que la UE dispone de «herramientas» en el caso de que las cosas van en una direccion «difícil».
Recordemos que, de acuerdo a todos los sondeos, el bloque ultraderechista -para algunos, neofascista- liderado por Giorgia Meloni está arriba en las preferencias, teniendo la posibilidad cierta de llegar al poder.
Al respecto, la personera europea afirmó que «mi enfoque es que cualquier gobierno democrático que está dispuesto a trabajar con nosotros, vamos a trabajar juntos», agregando que «si las cosas van en una dirección difícil, he hablado de Hungría y Polonia, tenemos herramientas».
En esto último punto, von der Leyen hace referencia a la recomendación de la Comisión Europea de suspender unos 7.500 millones de euros de financiación a Hungría por corrupción, en lo que es el primer caso de este tipo en el bloque, originado en nuevas sanciones implementadas «para proteger mejor el Estado de Derecho».
De acuerdo a un reporte de la agencia Reuters, la presidenta explicó que la Unión Europea «introdujo la sanción financiera hace dos años en respuesta a lo que equivale a socavar la democracia en Polonia y Hungría, donde el primer ministro Viktor Orban subyugó a los tribunales, los medios de comunicación, las ONG y el mundo académico, además de restringir los derechos de los inmigrantes, los homosexuales y las mujeres durante más de una década en el poder».
Naturalmente, las palabras de von der Leyen generaron una ola de respuestas críticas desde Italia, en especial de los sectores nacionalistas ligados a la campaña de Giorgia Meloni, como su partido, llamado «Hermanos de Italia», alegando entre otras cosas una intromisión en la vida política del país.
Ante ello, el portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, aclaró este viernes que la presidenta de la organización no pretendía interferir en la vida política de Italia, «sino que estaba subrayando el papel de la Comisión Europea como el guardián de los tratados, respecto al imperio de la ley».
Foto Portada: Agencia AP