Extrema tensión se registra en la zona, especialmente con el envío de buques de guerra y personal militar estadounidense al Golfo Pérsico, elemento que ha elevado los temores de la comunidad internacional a una confrontación bélica entre Irán y EE. UU.
El primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, anunció este martes que visitará Washington y Teherán en un futuro cercano para debatir la situación en la región. Haciendo énfasis en las sanciones que ha impuesto EE. UU. a Irán, además de las grandes movilizaciones de buques y personal militar en la región, específicamente en el Golfo Pérsico.
«Pronto cumpliré visitas a Washington y Teherán para discutir la situación en la región», dijo Mahdi a la prensa.
Agregó que Irak quiere evitar las consecuencias de las sanciones impuestas a Irán.
El 20 de mayo una fuente del círculo de Mahdi dijo a Sputnik que Irak, junto con Rusia, Catar, Suiza, Omán y Japón actúa como mediador en la resolución del conflicto entre EE. UU. e Irán.
Estados Unidos comenzó en las últimas semanas a reunir fuerzas militares en el golfo Pérsico, algo que el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, describió como un claro mensaje a Irán.
Los refuerzos incluyen un grupo de ataque con portaaviones, misiles Patriot, bombarderos B-52 y cazas F-15, según el Departamento de Defensa.
El 24 de mayo, EE. UU. anunció el envío de 1.500 efectivos y un batallón de sistemas de defensa antiaérea Patriot y aviones de reconocimiento al golfo Pérsico, según el Pentágono, debido a «múltiples informes creíbles de que grupos subsidiarios de Irán tienen la intención de atacar al personal de Estados Unidos» en esta región. No obstante, todo parece apuntar a mantener las sanciones de compra de crudo iraní de forma más fuerte, evitando la salida del mismo por el estrecho de Ormuz el cual se encuentra entre el golfo de Omán, localizado al sudeste, y el golfo Pérsico, al sudoeste.
EE. UU. tampoco descartó el despliegue de tropas y armas adicionales en caso de que se identifiquen nuevas “amenazas”.
El líder supremo de Irán, ayatolá Alí Jamenei, afirmó entretanto que su país no tiene intención de declarar una guerra a Estados Unidos, pero sí que seguirá resistiendo las presiones de Washington.
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