Tokio intentará preservar su producción automotriz de los aranceles estadounidenses, declaró este viernes el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
«Los automóviles japoneses benefician la economía estadounidense, se lo explicaremos a EE. UU. y continuaremos los esfuerzos para evitar las restricciones comerciales», dijo Abe en una rueda de prensa en Tokio.
Aseguró que «las exportaciones de vehículos japoneses nunca han amenazado la seguridad de EE. UU.».
A finales de mayo, el presidente de EE. UU., Donald Trump, ordenó iniciar una investigación sobre las importaciones de automóviles, incluidos camiones y piezas de repuesto, para determinar su efecto en la seguridad nacional del país.
El líder estadounidense ya amenazó con aranceles del 20 por ciento a los automóviles importados desde la UE.
El Centro de Investigación Automotriz (CAR) estudió seis posibles escenarios de aplicación de tarifas sobre importaciones de automóviles a EE. UU. y publicó los resultados el jueves en un informe.
Los expertos analizaron aranceles del 25 por ciento y aranceles del 10 por ciento, aplicados en ambos casos a todos los socios comerciales, o a todos, salvo México y Canadá, y también estudiaron la imposición de cuotas en vez de tarifas en un 80 por ciento de las importaciones de automóviles de 2017 y el 80 por ciento por valor de importaciones de piezas de repuesto de 2017, aplicados a todos los socios, o a todos, menos México y Canadá.
Tras estudiar los seis posibles escenarios, los expertos llegaron a la conclusión de que si EE. UU. aprueba una de estas variantes, eliminará de 82.000 a 750.000 puestos de trabajo en su propio país, mientras que las pérdidas del PIB oscilarán entre 6.400 y 62.200 millones de dólares.