«En Sevilla no sois bienvenidos», Grupos feministas de esa región española inician a través de las redes sociales una campaña que busca aislar a «La Manada», de aquellos establecimientos que les ofrezcan trabajo o permitan la entrada una vez hayan regresado a la capital andaluza.
La iniciativa se apoya en carteles que han sido distribuidos en los comercios, con estos dos lemas: “En este establecimiento no atendemos a violadores.#Stopmanada. Este es un espacio seguro para las mujeres”; “Sr. / Sra. Comerciante: Las mujeres no consumimos en establecimientos donde se atiende a violadores. Le invitamos a unirse a nuestra acción colocando un aviso a la entrada”.
Una de las impulsoras explicó que la propuesta que se desarrolla por grupos de Facebook y Telegram. Donde las mujeres quieren expresar «no tenemos miedo y ‘La Manada’ no es bienvenida en esta ciudad”.
«El objetivo es claro: que tengan visibilidad en aquellos lugares frecuentados por los integrantes de La Manada o en donde se encontraban sus anteriores trabajos antes de entrar en prisión, para llamar la atención de los vecinos y promover el rechazo ante la posibilidad de que se les pudiera readmitir.» agregó.
“Ellos pueden moverse libremente por toda España, y la víctima no puede salir de allí. Ella es la acorralada, pero ellos deben también sentirse acorralados”, asegura esta activista.
Readmisión laboral polémica
Los vecinos de la barriada de Amate y Santa Aurelia, donde crecieron los miembros de «La Manada», rehúyen pronunciarse.
En los comercios cercanos a sus domicilios no hay rastro de ninguno de los carteles. “Aquí nadie ha pegado nada ni nos han ofrecido colocar nada”, dicen en la Peña sevillista lugar que solían frecuentar los acusados.
Mientras que en la peluquería de Triana donde trabajaba Jesús Escudero. Su tío y propietario del negocio, solo recalca que no ha visto ninguno de los carteles.
Respecto a la posibilidad de restituir a su sobrino en su antiguo puesto de trabajo tampoco quiere pronunciarse.
A juicio de algunos abogados laborales consultados, el estar en prisión, solo suspende el contrato laboral, por lo que si el trabajador solicitara volver a su puesto, el empleador deberá admitirle y su despido sería improcedente.
Al respecto, Antonia Abalos, presidenta de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género, indicó que aunque “La ley los ampara, aceptar que puedan sin más recuperar sus empleos es ser muy complacientes ante su comportamiento deleznable”.
Por su parte, el abogado Martínez Becerra, uno de los defensores de «La Manada», explica que Guerrero y Cabezuelo, guardia civil y militar respectivamente, seguirán suspendidos de su puesto. Pero, el resto volverá a sus anteriores empleos con toda normalidad. Advirtió que actuará «judicialmente contra quienes amenacen a los empleadores de alguna manera».
Muy cerca de la peluquería donde trabajaba Escudero, bien visibles, están pegados cinco carteles con los nombres, apellidos y caras en blanco y negro de los miembros de «La Manada» con el lema: “Soy un violador y el Estado lo permite”.
Estos afiches se colocaron en Sevilla cuando se hizo público el fallo en el que se condenaba a «La Manada» a nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual, exculpándolos del de violación. Ahora, coincidiendo con su puesta en libertad, tras estar dos años en prisión preventiva, han vuelto a recuperarse y a exhibirse por las calles.