Uruguay vive en la actualidad uno de sus momentos más tensos en materia política interna y externa, pues dirime entre permitir o no la entrada de tropas estadounidenses a su territorio.
El conflicto comenzó cuando el gobierno de Estados Unidos (EEUU) solicitó al Ejecutivo uruguayo que le prestara colaboración para el operativo de seguridad que ejecutarán con motivo de la participación del Presidente Donald Trump en la Cumbre del G20 que se realizará en Buenos Aires, Argentina, entre el 26 de noviembre y el 3 de diciembre próximo.
Una vez conocida la solicitud, las críticas ante la posibilidad de que tropas estadounidenses se apuesten en territorio uruguayo se han hecho escuchar desde sectores progresistas, nacionalistas y de izquierda, que han catalogado tal petición como inadmisible, pues pone en juego la soberanía uruguaya.
Parte del contundente rechazo proviene del Plenario Intersindical de Trabajadores – Convención Nacional de Trabajadores, conocido popularmente como PIT-CNT, es decir, la central sindical única de Uruguay.
Al respecto, el PIT-CNT considera que el posible ingreso de tropas estadounidenses a Uruguay es «un riesgo para la soberanía nacional» y el argumento esgrimido «no tiene fundamentos desde el punto de vista militar y logístico».
A través de un comunicado -emitido este jueves 8 de noviembre de 2018- la central sindical resaltó que es deber de Argentina correr con la responsabilidad de prestar todo el apoyo a los países que integran el G20, entre ellos EEUU, porque el país vecino cuenta con todas «las condiciones adecuadas para la realización de los operativos de seguridad necesarios».
Agrega el PIT-CNT que su posición frente a esta amenaza contra la soberanía uruguaya es la de «no contribuir como país a posibles escenarios de represión» de las protestas que ya están previstas en rechazo al G20 y en la que la central sindical participará «activamente».
También sostiene la organización de los trabajadores que rechazan el ingreso de tropas estadounidenses a uruguay «por considerarlas un riesgo para la soberanía nacional» a raíz de su «conducta imperial y belicista»; expresan su «solidaridad” con el pueblo argentino que está envuelto en una de sus peores crisis sociales y económicas bajo el gobierno de Mauricio Macri, quien es además aliado de otros países de la región que mantienen una «escalada represiva» como parte del surgimiento de «gobiernos de derecha» en Suramérica.
400 efectivos estadounidenses serían los que entrarían a Uruguay
El portal de elpaís.com.uy publicó un trabajo donde explica que la cantidad de efectivos relacionados al operativo de seguridad presidencial que podría entrar a Uruguay, estaría integrado por unas 400 personas con entrenamiento militar altamente calificado.
De ese total de funcionarios de seguridad estadounidenses estarían militares y miembros del Servicio Secreto. Además, tendrían a disposición ocho aviones de logística y apoyo, y usarán el territorio uruguayo como base.
Pero no todo culmina ahí, el permiso que solicita EEUU también podría incluir la entrada de tropas de otros países aliados a Washington, como Alemania, Francia, Japón, Canadá, Gran Bretaña, todos miembros de la Organización del Atlántico Norte, altamente conocida como el lobby belicista de la industria militar pro-Washington.
La petición formal la oficializó el presidente uruguayo, Tabaré Vásquez, luego que la presentara esta semana al parlamento, a través de un proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, en el que solicitan la autorización que exige el numeral 11 del artículo 85 de la Constitución para el ingreso de tropas extranjeras.
Refiere el trabajo del diario El País que en la solicitud presentada por el Poder Ejecutivo se detalla que las tropas estadounidenses llegarían «el 26 de noviembre junto con tres aeronaves de carga de combustible KC 135, dos aeronaves de transporte y otras tres Awacs (radares aéreos) para dar «apoyo logístico y seguridad» a la delegación que encabezará el presidente Trump».
En ese sentido, explica el referido medio, que el numeral 11 del artículo 85 de la Constitución uruguaya establece que a la Asamblea General le compete «permitir o prohibir que entren tropas extranjeras en el territorio de la República, determinando para el primer caso, el tiempo en que deban salir de él».
Al respecto, integrantes de la bancada del Partido Nacional expresaron su rechazo al otorgamiento de esa autorización porque no consideran viable que se otorgue permiso para que al mismo tiempo ingresen tropas de otros países.
Cita la petición del Ejecutivo que dada la importancia de la cumbre se autorice «el ingreso al país de tropas de otros países participantes que así lo requieran expresamente al Poder Ejecutivo debiendo hacerlo dentro de los mismos plazos autorizados para Estados Unidos».
Al respecto, el presidente de la comisión de Defensa del Senado, el nacionalista Javier García, argumentó, cuando fue informado por el ministro de Defensa Jorge Menéndez sobre el alcance del proyecto, que «de ninguna manera» se iba a acompañar «una autorización genérica, un cheque en blanco, para que el Poder Ejecutivo por sí y ante sí sea quien autorice» el ingreso de fuerzas de otros países.
«El ministro me llamó para adelantarme el tenor del proyecto y la urgencia, y le respondí que se debía detallar en cada caso a quién se autoriza y no votaríamos autorizaciones genéricas», aclaró García a El País.
¿Qué pasaría si el parlamento aprueba el permiso?
Uruguay es el país más cercano a la cumbre, razón por la cual sus fuerzas armadas y organismos de seguridad están alertas.
Además, no sólo se espera la visita del magnate Trump, sino también la de otros líderes mundiales como Vladimir Putin de Rusia, Ángela Merkel de Alemania, Emmanuel Macron (Francia), Xi Jinping (China), Narendra Modi (India), Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Shinzo Abe (Japón), Justin Trudeau (Canadá), Theresa May, (Gran Bretaña), Pedro Sánchez (España), y Salmán bin Abdulaziz (Arabia Saudita).
Además llegarán también dignatarios del resto de la Unión Europea, Australia, Brasil, Corea del Sur, Indonesia, Italia, México, y Sudáfrica.
El diputado Eduardo Rubio, del partido Unidad Popular (izquierda), explicó en una entrevista con la agencia Sputnik que el despliegue de ocho aeronaves y 400 efectivos -entre civiles, militares y servicios secretos- constituye una «pequeña invasión» de Uruguay por parte de las fuerzas de Washington.
«La verdad es que no nos parece bueno para Uruguay que se nos transforme en una base de operaciones militares del imperialismo estadounidense. Tampoco nos parece bueno transformar a Uruguay en un blanco: si vienen con tanto poderío militar, es porque algún problema hay. Nosotros quedamos en el medio del problema, sin ser parte de eso», precisó el legislador citado por Sputnik.
Según la Constitución uruguaya, para aprobar una ley de estas características se debe contar con la mayoría en la Asamblea General, el cuerpo legislativo que reúne a las Cámaras de Representantes y de Senadores.
Al respecto Rubio opina que es «tremendamente negativo que el señor Donald Trump quiera usar a Uruguay como una base de operaciones del Ejército estadounidense», especialmente si se tiene en cuenta que el país suramericano «no participa» en la cumbre.
«Estamos simplemente en la vecindad de Argentina. Si la cumbre es en Argentina, ¿por qué no se establece en su territorio?», cuestionó el legislador.
Y es que no sólo es la izquierda la que rechaza, se opone y critíca el proyecto de ley; también diputados del centroderechista Partido Nacional alertan sobre deficiencias en la redacción de la ley que podrían atentar potencialmente contra la soberanía del país, como lo explicó el legislador Javier García.
Entre tanto, fuentes castrenses consultadas por El País indicaron que aún no han recibido directivas concretas del Poder Ejecutivo respecto a los aprestos para la cumbre del G 20, pero que sí están en preparación para activar un operativo en las fronteras. En el caso de la zona oeste, donde el río Uruguay separa al país de Argentina, el despliegue principal estará a cargo de las tropas de las Armada.
Por ahora toda la responsabilidad del tema recae en el parlamento de Uruguay, que deberá evaluar el proyecto de ley.
El inciso 11 del artículo 85 de la Constitución de la República establece que la Asamblea Nacional tiene la potestad de permitir o prohibir que entren tropas extranjeras al territorio nacional, estableciendo el tiempo que permanecerán.
Ya sectores del Frente Amplio como el Partido Comunista, Partido por la Victoria del Pueblo y Casa Grande se oponen a la medida, mientras que el Partido Nacional se opone al artículo 2 del proyecto de ley, que establece una habilitación genérica, dado el poco tiempo que queda para la cumbre, por si algún nuevo país miembro quiere entrar al país.
«La cumbre del G-20 no es en Uruguay, es en Argentina, y hay sobrada infraestructura en Argentina para dar seguridad al evento», señaló el dirigente delñ PIT-CNT Marcelo Abdala a Montevideo Portal.
Por otro lado, el ministro de Defensa Jorge Menéndez explicó que los militares estadounidenses que ingresen a territorio uruguayo deberán someterse a «los controles de rigor» y que sus aeronaves dispondrán de un «espacio» específico en el Aeropuerto de Carrasco.
Los fundamentos del Partido Comunista de Uruguay para rechazar la petición
Entre tanto, el Partido Comunista de Uruguay (PCU) expresó su discrepancia con la referida solicitud del Ejecutivo y pidió que el tema sea analizado en el Frente Amplio (FA) y en la bancada parlamentaria.
Al respecto, Juan Castillo, senador y secretario general del PCU, indicó al diario El Popular que el PCU es «respetuoso de los compromisos internacionales del Uruguay como Estado. Pero aquí no estamos hablando de una cumbre de la ONU, estamos hablando de un grupo de países informal, creado por los países más poderosos del planeta, que no está respaldado por ninguna obligación internacional de Uruguay y que Uruguay no integra. De la misma forma que Uruguay no integra el Grupo de Lima, pero si integra el Mercosur, la Unasur, la Celac, la OEA y la ONU».
«Respetamos todos los compromisos de Uruguay con los organismos internacionales que integra y con los convenios internacionales que los rigen, pero el G20 no es nada de eso, no lo integramos y, además, y no es un detalle menor, la reunión ni siquiera se hace en Uruguay, es en otro país. Entonces, primero, no hay ningún tipo de vinculación de Uruguay con el G20, ni nada que lo obligue porque no puede obligar a nadie un grupo de países que no es ningún organismo internacional», sostiene Castillo.
Agrega el secretario general del PCU que en otras ocasiones «el Parlamento uruguayo e incluso el gobierno del Frente Amplio han autorizado la presencia de elementos de seguridad de EEUU», algo que ocurrió cuando la visita de Bush padre y de Bush hijo al país.
«Si la visita de un jefe de Estado de cualquiera de estos 20 países fuera a Uruguay no estaríamos discutiendo esto. Porque juegan acuerdos, convenios y aspectos protocolares que hay que cumplir. Además, en este no es el caso, la cumbre del G20 se realiza en Argentina, no en Uruguay. Argentina es 15 veces más grande, territorialmente, que Uruguay, por lo que no debe ser un problema de espacio. Además, no fue Argentina lo que nos planteó este requerimiento, ni pidió apoyo logístico. En Argentina existen más de 40 aeropuertos internacionales, 7 de ellos están en Buenos Aires. Tampoco debe ser un problema de falta de logística», subraya.
Al respecto, acota Castillo que al hablar de la solicitud en sí de EEUU, «se habla de 8 aviones y del entorno de 400 hombres. Ni siquiera hay un número exacto, lo que no es serio».
«Hay tres aviones que son para proveer combustibles, llevan 3 tripulantes cada una, están habilitados para hasta 4, quiere decir que en esos 3 aviones pueden venir un máximo de 12 tripulantes. Otros 3 aviones son de espionaje electrónico, equipadas con poderosos radares, llevan una cantidad similar de tripulantes que los aviones anteriores. Es decir, en una simple suma, en los otros dos aviones, que son de transporte vendrán más o menos 370 efectivos. Nos dicen que será personal militar y civil, seguramente de los servicios de inteligencia. ¿Por qué razón tenemos que habilitar la presencia de ese contingente en Uruguay? No estamos hablando de ninguna ayuda humanitaria, estamos hablando de esa presencia concreta. Son tropas de combate y servicios de inteligencia y ahí nos preguntamos: ¿Esto afecta o no a nuestra soberanía? ¿Rompe o no la tradición de Uruguay como país de paz?».
Entonces, dice Castillo, esta controversia genera varias contradicciones que son necesarias aclarar y discutir.
«¿Le vamos a estar ofreciendo la posibilidad de utilizar nuestro territorio a las mismas tropas, del mismo gobierno, que en este momento esta enviando 5 mil soldados a reprimir a miles de hombres, mujeres y niños centroamericanos que solo quieren escapar del hambre y migrar? El Frente Amplio tiene una concepción antimperialista, todo el Frente Amplio, no solo nosotros y esto implica, para nosotros, una contradicción. Hay otra contradicción, el pueblo argentino va a resistir y condenar esta cumbre, connotados dirigentes de nuestro Frente Amplio van a la contra cumbre, José Mujica, la senadora Constanza Moreira, el diputado Gonzalo Civila, el historiador Gerardo Caetano, el PIT-CNT y varias organizaciones sociales van a movilizarse para apoyar esta contra cumbre, ¿y a la vez nosotros le abrimos el territorio a los servicios de inteligencia de EEUU para que la vigilen?», subrayó el líder comunista.
En conclusión, responde Castillo, el tema va a ser abordado ahora en la Mesa Política del FA, ya las discrepancias están planteadas y ahora sólo falta el debate.
Presidente Tabaré Vásquez asegura: «Uruguay no podía negarse»
El presidente Tabaré Vázquez dijo este jueves que «Uruguay no podía negarse» al pedido de Estados Unidos de permitir el ingreso de efectivos de ese país para trabajar en la seguridad de la cumbre del G-20 que se realizará en Buenos Aires entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre.
Consultado este jueves en rueda de prensa, Vázquez recordó que Uruguay «tiene tratados con distintos países en cooperación a nivel de defensa y de lucha antiterrorista» que lo comprometen a actuar «ante un acontecimiento tan importante en el que vienen los principales líderes del mundo».
En ese sentido, señaló que estarán en Buenos Aires los mandatarios Donald Trump de Estados Unidos, Vladimir Putin de Rusia, Emmanuel Macron de Francia, Angela Merkel de Alemania y Xi Jinping de China, ente otros.
«Estamos pegados, tenemos arroyos y ríos compartidos entre los dos países. Uruguay no podía negarse ante el pedido», sostuvo el presidente uruguayo.
El mandatario explicó que Uruguay recibió el pedido de «prestar sus bases operativas» y aclaró que las acciones tendrán «el control permanente del gobierno y el Estado uruguayo».
Vázquez dijo que en este caso el pedido de ingreso al país fue de Estados Unidos pero aclaró que «puede ser de cualquier país». En ese sentido, aseguró que el gobierno comunicará al Parlamento si algún otro país solicita la colaboración de Uruguay.
El presidente cuestionó que los cuestionamientos desde el Partido Nacional, señalando que «dijeron que se asentaban tropas extranjeras a ocupar el país cuando estamos hablando de 48 horas».
Los compromisos de Uruguay con EEUU
Tal y como lo recordó el presidente Vásquez, Uruguay tiene compromisos que cumplir con EEUU, y así se puede certificar a través de la página web de la embajada estadounidense en Uruguay.
En el referido portal web destaca una sección titulada Cooperación de Defensa (ODC), una Oficina de Cooperación de Defensa (ODC) que funciona en la Embajada de los Estados Unidos de América en Montevideo.
Cita la descripción de la propia embajada que el cometido de esta oficina es «implementar los programas militares de asistencia de seguridad, ejercicios, intercambios y asistencia humanitaria, con el fin de promover los objetivos de la política exterior de los Estados Unidos –la consolidación de la democracia, la ampliación de las actividades en la lucha contra las drogas, el profesionalismo y la modernización de las Fuerzas Armadas, la promoción de las relaciones cívico-militares, el fomento de las relaciones militares uruguayo-estadounidenses–así como cultivar el entendimiento mutuo y los valores democráticos».
Así mismo -destaca el portal- que la «ODC cumple funciones de enlace con las Fuerzas Armadas de Uruguay, brinda asesoramiento en asuntos militares al Embajador de los Estados Unidos y representa en Uruguay al Secretario de Defensa, a los servicios militares de los Estados Unidos de América y al Comandante del Comando Sur de los Estados Unidos».
Además, agrega que esta oficina de «cooperación» tiene la responsabilidad de «la tramitación de las autorizaciones de todos los vuelos del Departamento de Defensa y visitas de buques, así como la realización de todas las actividades de apoyo en el aeropuerto para atender los vuelos militares de los Estados Unidos a Uruguay».
Mientras tanto en Argentina
El operativo de seguridad en Buenos Aires va acompañado de un feriado laboral que decretó el gobierno de la ciudad para el viernes 30 de noviembre, esto con el propósito de «facilitar el operativo de seguridad con motivo de la cumbre mundial».
Según información publicada por el diario argentino La Nación, en el operativo participarán 25.000 efectivos, grupos antimotines y los propios equipos de seguridad de los mandatarios y dignatarios extranjeros.
«No vamos a permitir caras tapadas ni mochilas con piedras para que los que quieren ir a manifestar puedan gritar todo lo que quieran pero sin romper todo», dijo la ministra de Seguridad del gobierno de Mauricio Macri, Patricia Bullrich.
Según estimaciones, en la cumbre del G20 participarán unas 8.000 personas entre líderes, sus delegaciones, autoridades ministeriales, el personal de seguridad de las comitivas y la prensa. «Buenos Aires será una ciudad blindada», refiere La Nación.
Los días más fuertes de la cumbre serán entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, cuando se efectúe oficialmente la decimotercera cumbre del G20, encuentro multilateral que contará con 45 reuniones oficiales que se llevarán a cabo en más de 11 ciudades argentinas y que tendrá un costo estimado por encima de los 100 millones de dólares, un monto difícil de entender para los argentinos que viven en una profunda crisis económica, con inflación continuada y una desmejora sostenida de su calidad de vida.
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