El Doomsday Clock o Reloj del Juicio Final se fijó este jueves en 100 segundos para la medianoche, hora simbólica del apocalipsis. Desde hace 75 años, este reloj intenta medir lo cerca que está la humanidad de destruir el mundo.
El Reloj del Juicio Final no se diseñó para medir categóricamente las amenazas existentes. Más bien es un instrumento para suscitar conversaciones sobre temas como el cambio climático. Esto de acuerdo con el Bulletin of Atomic Scientists, el grupo de científicos encargado de crear el reloj en 1947.
“El reloj continúa recordándonos cuánto trabajo se necesita hacer para garantizar un planeta más seguro y saludable. Debemos seguir alejando las manecillas del reloj de medianoche”, insistió Rachel Bronson, presidente y directora del Bulletin of Atomic Scientists.
La misma Rachel Bronson recordó que cuando el Reloj del Juicio Final llegue a la medianoche, significa que se produjo un intercambio nuclear o hay un cambio climático catastrófico. Actualmente, se incorporaron a la previsión el peligro de invasión de Ucrania por parte de Rusia y la crisis ambiental que genera el cambio climático.
Los 100 segundos antes del fin del mundo es la marca más cercana del apocalipsis. Cada año, el reloj del juicio final se fija por expertos del Consejo de Ciencia y Seguridad del Bulletin en consulta con su junta de patrocinadores, que incluye 11 premios Nobel. Aunque muchos lo cuestionan, es una llamada de atención eficaz para recordar los problemas que enfrenta el planeta.
El año pasado, el reloj se paró a 100 segundos, marca que se repite este año. En 2021 se mantuvo en la hora que se fijó un año antes, pese a los efectos de la pandemia del coronavirus. Todavía es posible hacer retroceder el reloj. Por ejemplo, en 1991 las manecillas se alejaron 17 minutos de la medianoche, cuando el gobierno estadounidense y ruso firmaron el tratado de reducción de armas. En 2016, el reloj estaba a tres minutos de medianoche como resultado del acuerdo nuclear de Irán y el acuerdo climático de París.