Rescataron sin vida el cuerpo de Rayan el niño marroquí que cayó en pozo de 32 metros

El intento de liberarlo había acaparado la atención del país y del mundo, con cientos de personas reunidas alrededor el pozo y miles más siguiéndolo por internet.

Rescataron sin vida el cuerpo de Rayan el niño marroquí que cayó en pozo de 32 metros

Autor: Félix Eduardo Gutiérrez

Un final trágico tuvieron los esfuerzos por rescatar a un niño de 5 años que estuvo atrapado en un pozo seco en Marruecos durante cuatro días.

Un comunicado oficial confirmó la muerte del pequeño Rayan poco después de que lo sacaran del pozo.

El intento de liberarlo había acaparado la atención del país y del mundo, con cientos de personas reunidas alrededor el pozo y miles más siguiéndolo por internet.

El infante había caído 32 metros a través de la estrecha abertura del pozo y el rescate se había visto obstaculizado por el temor a deslizamientos.

En la casa del pequeño, los hombres se abrazaban llorando y cuatro niños comían en silencio un bocadillo, sentados en el mismo terraplén por donde hace una semana jugaban al fútbol con el niño cuyo rescate ha tenido en vilo a todo Marruecos, reseñó el diario El País.

Rescatan el cuerpo sin vida de Rayan, niño atrapado cinco días en el fondo  de un
Cuatro días estuvo el niño en el pozo de 32 metros de profundidad. Foto: WEB.

Rayan salió muerto del pozo donde estuvo atrapado cuatro días. Varias ambulancias y coches de bomberos salieron del pozo por la carretera con las sirenas puestas, lo que hacía albergar la esperanza entre mucha gente. La confusión era total. “Está vivo, está vivo. Eso es seguro”, comentaba un conocido de la familia. Cientos de jóvenes gritaron “Ala es grande” mientras las ambulancias salían con las sirenas puestas. Las montañas rifeñas que rodean la pequeña aldea de Egrán, donde habita su familia se llenaron de gritos de “Alá es grande” y de silbidos.

Pero enseguida llegó a los medios de comunicación el mensaje de las autoridades en el que se confirmaba su muerte. Varios adultos lloraban frente al teléfono, hablando con otros familiares. Driss Ajurram, tío paterno del niño, de 41 años, ofrecía a un periodista que acababa de conocer una cama para pasar la noche en la casa de Rayan.

Los periodistas iban recogiendo sus bártulos mientras algunos medios locales informaban de que el rey Mohamed VI había hablado con los padres del niño. Poco a poco, todo el ruido que ha rodeado la casa de Rayan se fue apagando. El ruido de las máquinas, de los jóvenes que vinieron de todas las ciudades del país para presenciar un milagro.

Antes de la triste noticia, Ajorram contaba cómo se enteró la familia de que el niño, al que no encontraban, estaba en el fondo del pozo. “Primero empezamos a buscarlo por toda la aldea, por todas partes. Después, en las aldeas que están cerca de aquí. Y a las tres horas cogimos un teléfono con una cuerda, le pusimos el vídeo y lo bajamos al pozo. Y vimos que estaba ahí. Decía: ‘¡Sacadme de aquí!’ Serían las cinco de la tarde en ese momento”.

Todo el país vivió este sábado pendiente de lo que pasa en esta comarca situada a cinco horas y media en coche de la capital. De repente, a las 17.18 empezaron a oírse gritos de “Alá es grande, Alá es grande”. Antes ya se habían oído aplausos. Parecía que los socorristas iban a sacar al niño de un momento a otro.

Los aplausos y los vítores comenzaban a hacerse más sonoros a partir de las cinco y media. Pero aún no había ninguna noticia cierta sobre el estado del niño. El padre, Jalid, y la madre, se encontraban al pie del pozo, junto a una ambulancia. Otros familiares como Munir Ajorra, de 38 años, aguardaban en la casa de Rayan. “Llevamos sin dormir cuatro días, desde que nos enteramos de que se había caído”.

La casa de Rayan está justo encima de ese pozo donde cayó el martes, alrededor de las dos de la tarde, cuando se encontraba con su padre. Cientos de hombres, la mayoría de entre 20 y 30 años, se agolpaban este sábado por la tarde alrededor de la casa. Ahí mismo, está el pozo donde cayó y ahí se llevó una ambulancia al mediodía del sábado, esperando sacar al niño.

Munir contó que Jalid Ajorram, el padre de Rayan, estaba intentando sacar agua de ese agujero que llevaba seco unos 10 años. “Jalid traía el agua con una manguera desde la casa de su padre”, contaba Ajorram. Un amigo añadía que muchos en la zona viven de la siembra del hachís. “Pero eso apenas da para sobrevivir”, añadía. “Unos pocos también recogen aceitunas, pero esta zona es muy pobre”, añadía.

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