La República de Corea del Sur anunció el pasado viernes el nuevo lugar donde serán emplazadas las instalaciones del sistema de misiles de defensa THAAD en virtud de la amplia oposición de vecinos, que se suma a la de China y otros países de la región.
El motivo puntual del cambio, de acuerdo a lo señalado por el gobierno, radica en la preocupación que generaba en los habitantes de Seongju la construcción de la base, entendida como el ejemplo más concreto del intervencionismo bélico de Estados Unidos en ese país.
La reubicación se hará en un campo de golf apartado de áreas residenciales, aunque esta vez apuntaría hacia otra comarca colindante, Gimcheon, cuyos habitantes ya amenazaron con protestas, según publica Sputnik.
La fecha tope del inicio de las operaciones del THAAD en el territorio surcoreano, acordada previamente por Seúl y Washington, está fijada para fines de 2017.
Aunque ambas naciones reiteraron que los misiles pretenden contrarrestar a Corea del Norte, desde Pekín y Moscí sospechan que EEUU busca aumentar su presencia en la zona y monitorear sus defensas.
«Pondremos atención a los avances relevantes y evaluaremos tomar acciones necesarias para proteger la seguridad estratégica de la región y el equilibrio estratégico regional», manifestó el ministro de defensa chino en una conferencia de prensa citada por el medio canadiense Global Research.
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