El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó este miércoles una orden que pone fin a la participación de Rusia en el Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional (TPI) en La Haya, lo que supone el abandono de este tribunal.
El Ministerio ruso de Exteriores justificó su decisión por la decepción que el funcionamiento del órgano internacional causa en el país. «La Corte Penal Internacional no cumplió con las expectativas y no pudo convertirse en un órgano de Justicia verdaderamente independiente y prestigioso», según un comunicado del gobierno.
La salida de Moscú se da luego de que el tribunal publicara este martes un informe en el que considera una ocupación la anexión de la península de Crimea por parte del Kremlin. «La Federación de Rusia ocupa con sus fuerzas armadas una parte del territorio de Ucrania sin el consentimiento de su gobierno», dice el informe.
La decisión de Rusia es más bien simbólica, ya que el país había firmado la carta del Tribunal de la Haya pero estaba pendiente de ratificación, por lo cual aún estaba fuera de la jurisdicción del TPI.
Por su parte, Rusia insistió que Crimea se unió voluntariamente a su país después de un referéndum, pero los observadores internacionales dicen que el referéndum cumplía los estándares mínimos para tener validez internacional y recuerda que se hizo bajo las tropas rusas dentro de la península.
Otro de los motivos que podría explicar la marcha atrás del Kremlin es el temor a algún tipo de resolución del tribunal sobre su actuación en Siria, donde la aviación rusa fue acusada de crímenes de guerra.
La decisión de Moscú llega en un momento difícil para el TPI, después de tres países africanos -Gambia, Burundi y Sudáfrica- anunciaran también su retirada acusando a la corte de actuar parcialmente contra los líderes africanos.