El ministro ruso de Desarrollo Económico, Alexei Uliukeev, fue detenido en la noche de este lunes en el momento de recibir un soborno de la compañía petrolera rusa Rosneft.
Al parecer, recibió dos millones de dólares en efectivo a cambio de una valoración positiva del Ministerio de Desarrollo Económico para que la empresa petrolera Rosneft pudiese comprar el 50% de las acciones de otra compañía del sector llamada Bashneft.
El presidente ruso, Vladimir Putin sabía que el ministro estaba siendo investigado. De hecho el Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa (FSB) llevaba investigando a Uliukaev más de un año. Anoche se encontraba bajo arresto domiciliario por acusaciones de soborno.
El ministro fue destituido «por pérdida de confianza», según dijo a la prensa un portavoz del Kremlin.
El Gobierno ruso reaccionó con dureza: «Ningún representante del poder, ni ministro, ni diputado, ni gobernador ni ningún otro funcionario tiene inmunidad en casos de corrupción», dijo el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev. «Es el primer funcionario de este nivel en figurar en un caso penal y, más aún, en resultar pillado en un soborno», recordó a la agencia rusa RIA Novosti el general mayor en reserva del FSB, Alexandr Mijeilov.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que «las acusaciones contra el ministro son muy graves y deben respaldarse con pruebas contundentes», según informó Efe.
Rosneft desembolsó en octubre 4.738 millones de euros por el 50,08% de Bashneft. El Kremlin no quiso hablar de una posible revisión de esta controvertida venta de Bashneft y también negó que el arresto pueda derivar en una remodelación del Gobierno.
El ministro Uliukáyev podría enfrentarse a una condena de entre 8 y 15 años de prisión, que podría ser reemplazada con una multa de un valor similar a 70 veces el monto recibido y una inhabilitación para ocupar cargos oficiales.