En los últimos meses los Estados Unidos (EE. UU.) y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), han aumentado su presencia militar en las fronteras marítimas rusas, aseveró el comandante en jefe de la Armada de esta última nación, el almirante Vladimir Korolev.
La OTAN ha movilizado sistemas de defensa antiaérea navales, sistemas estratégicos y de alta precisión no nucleares, así como instalaciones de infraestructura militar, advirtió Korolev, razón por la cual la Fuerza Naval rusa reforzará sus capacidades militares y defensivas en las aguas territoriales del país en 2019, subrayó el alto mando castrense en una entrevista con el periódico Krasnaya Zvezda,órgano oficial de las Fuerzas Armadas de Rusia, citado en una nota por el portal web de HispanTV.
“Las fuerzas de la Armada rusa estarán presentes en importantes regiones del océano mundial, en la cuantía establecida que permite descartar cualquier amenaza proveniente desde mares u océanos”, aseveró Korolev.
En desafío a Moscú y para mostrarle músculo, los países miembros de la OTAN han enviado en múltiples ocasiones buques militares y destructores cerca de las aguas territoriales de Rusia.
El caso más reciente fue este mes de diciembre, cuando EE. UU. y el Reino Unido, enviaron navíos militares al mar Negro con el pretexto de enfrentar a la “agresión rusa” contra Ucrania.
El despliegue militar de EE. UU. se produjo tras la escalada de tensión entre Moscú y Kiev, después de que los guardacostas rusos detuvieron en noviembre pasado a tres barcos ucranianos que violaron aguas territoriales rusas en el estratégico estrecho de Kerch.
La OTAN ratificó en julio de 2016 un aumento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa, instalando cuatro batallones multinacionales, de más de mil militares cada uno, en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia.
Desde entonces la Alianza Atlántica continúa desplegando armas antimisiles de Washington en Europa, como Aegis Ashore que fue instalado en una base militar en Rumanía, a unos 600 kilómetros al oeste de la península de Crimea, adherida a la Federación Rusa en 2014.
El Departamento de Defensa de EE. UU. está construyendo además una instalación con radares y misiles interceptores en Polonia, en una zona situada a unos 180 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado.
Moscú ha advertido en múltiples ocasiones de las consecuencias peligrosas de la creciente presencia militar de los países de la OTAN, que amenaza la paz y la seguridad en la región y en el mundo, y ha asegurado que dará una “respuesta contundente” a cualquier amenaza contra la integridad territorial de Rusia.
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