Mikhail Mizintsev, jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de la Federación Rusa, instó este domingo a los batallones nacionalistas ucranianos presentes en la ciudad de Mariúpol, a deponer sus armas y cesar las hostilidades a partir de las 06.00 hora de Moscú.
Mizintsev aseguró que «Rusia garantiza a cada uno de los rendidos […] el respeto de todas las normas de la Convención de Ginebra en lo referente al trato de los prisioneros de guerra, como ya ocurrió con sus compañeros que se habían rendido anteriormente en Mariupol», informó la agencia oficial rusa Tass.
El Ministerio de Defensa de Rusia señaló que la medida humanitaria se tomó dada la situación a la que se enfrentan los nacionalistas ucranianos en la planta metalúrgica de Azovstal, ubicada en el puerto de Mariúpol.
Mizintsev dijo que militantes de formaciones nacionalistas que se encuentran rodeadas en Mariúpol han solicitado el permiso a Kiev para deponer sus armas, pero en respuesta reciben amenazas de ejecución por parte de los jefes militares de Ucrania.
Añadió también que los combatientes ucranianos y mercenarios extranjeros se encuentran en una situación desesperada, prácticamente sin comida ni agua.
El ente militar ruso comunicó que el pedido de cese de hostilidades y rendición a los batallones nacionalistas, se transmitirá a la ONU, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el Comité Internacional de la Cruz Roja y otras organizaciones internacionales.
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