El Ministerio de Defensa de Rusia comenzó el repliegue de su contingente militar presente en Siria, con la retirada de su único portaaviones Admiral Kuznetsov, desplegado en el Mediterráneo oriental.
«En línea con la decisión del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Vladimir Putin, el Ministerio de Defensa procede a reducir su contingente militar en Siria», anunció el general Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor ruso.
El escuadrón naval ruso iniciará este viernes la travesía de retorno a su base en el puerto de la ciudad de Severomorsk (mar de Bárents). Además del portaaviones, el Kremlin autorizó la salida de territorio sirio del crucero de propulsión nuclear Piotr Veliki (Pedro el Grande), presente también en el Mediterráneo oriental.
Putin ordenó la reducción de parte de sus tropas estacionadas en la zona, al anunciar el pasado 29 de diciembre el acuerdo de alto el fuego entre el Gobierno de Bachar al-Assad y la oposición armada siria.
Desde las Fuerzas Armadas sirias, agradecieron el papel «fundamental» de las Fuerzas Aéreas rusas «en las victorias que allanaron el camino para el acuerdo de cese de las hostilidades».
Además, reconocieron que la aviación rusa «creó las condiciones necesarias para el inicio de un proceso político de arreglo de la crisis en Siria».
Idlib, nuevo escenario de los enfrentamientos
Idlib, en el noroeste del país, podría convertirse en escenario de duros enfrentamientos con los terroristas, afirmó el titular de Reconciliación Nacional de Siria, Ali Haidar.
Tras la liberación de Alepo, el gobierno de Bashar Al Assad se prepara para lanzar una operación contra los terroristas instalados en la provincia de Idlib. Haidar aseguró que la única opción de Damasco es hoy librar la batalla en Idlib, donde -tras la evacuación de Alepo en el marco de una tregua negociada- se establecieron tanto rebeldes como terroristas.
Con más de 35.000 personas trasladas a esa región, la provincia de Idlib, fronteriza con Turquía, se ha convertido actualmente en el principal bastión urbano no controlado por el gobierno sirio, a excepción de Al-Raqa, aún en manos del grupo Daesh (Estado Islámico).
Su población es muy densa —165.000 habitantes en un área de 23 km2— y la zona de Idlib tiene importancia histórica, al encontarse la antigua ciudad de Ebla.