«Las últimas acciones de EE.UU. parecen haber sido destinadas deliberadamente a provocar a Pionyang para que tome nuevas acciones bruscas», ha declarado este jueves el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ante los periodistas.
La madrugada de este miércoles a las 3:18 hora local, Corea del Norte lanzó desde la provincia de Pyongan del Sur, en la costa occidental, un misil balístico intercontinental Hwasong-15. El proyectil cubrió una distancia de 950 kilómetros y durante su vuelo alcanzó una altitud de 4.475 metros.
Lavrov ha señalado que tiene la sensación de que desde Washington «lo hacían todo intencionadamente para que [el líder norcoreano] Kim Jong-un se desatara y tomara otra acción aventurada».
«Los estadounidenses tienen que explicarnos a todos qué están buscando conseguir: si quieren encontrar un pretexto para aniquilar a Corea del Norte, que lo digan directamente y que lo confirme la Administración», ha declarado el titular de la diplomacia rusa.
Lavrov ha llamado la atención al aumento de los ejercicios militares de EE.UU. cerca de la península de Corea en octubre y noviembre y ha contado que en septiembre los mandos estadounidenses insinuaron a los rusos en tono «confidencial» que las siguientes maniobras en la región se llevarían a cabo en primavera.
Asimismo, Corea del Norte podría «utilizar la pausa para no adoptar acciones bruscas”, ha expuesto el ministro de Exteriores ruso, y tampoco se ha de descartar la posibilidad de intentar establecer un diálogo.
En Moscú estaban «esperanzados» con un enfoque así, ha explicado el canciller, aunque los acontecimientos transcurrieron de otra manera. «De repente, después de que nos dijeran que los siguientes ejercicios tendrían lugar en primavera, se han llevado a cabo maniobras fuera del plan en octubre, luego en noviembre, y ahora serán en diciembre”, ha relatado Lavrov.
Antes de la sesión en el Consejo de Seguridad de la ONU, Donald Trump anunció medidas restrictivas adicionales contra Corea del Norte. El analista internacional Dennis Small considera que esta política punitiva «no va a funcionar», y hay que optar por un plan de «doble congelamiento» para resolver la crisis.