El cuerpo de Mijaíl Jachaturián, de 57 años, fue hallado sin vida, en su domicilio al norte de Moscú -capital rusa- con numerosas heridas de arma blanca, hechas por tres hermanas, de 17,18 y 19 años; quienes, además, eran sus hijas.
Según las jóvenes, mataron a su padre en defensa propia, ya que el individuo por años las sometió a maltrato físico y psicológico, al punto de que su madre tuvo que abandonar el hogar para salvar su vida.
La tragedia ocurrió el pasado 27 de julio, las tres hermanas fueron detenidas y reconocieron su culpabilidad durante la interrogación, alegando que mantenían «relaciones personales hostiles con su padre debido al sufrimiento moral que les causó durante un largo tiempo», según explicó Yulia Ivanova, representante del departamento principal de investigación del Comité de Investigación de Rusia.
Actualmente, las muchachas, nombradas en los medios como Anguelina, Kristina y María, son acusadas de «homicidio cometido por un grupo de personas con una colusión previa», ha informado a Interfax Anna Selivánova, la secretaria de prensa del juzgado de Ostánkino, un delito que puede comportar hasta la cadena perpetua.
Mientras continúan saliendo detalles sobre lo ocurrido, las hermanas siguen detenidas y el juzgado todavía no ha escogido la medida cautelar que les aplicará, y por ahora, ha prolongado su detención durante 72 horas más.
Antecedentes de violencia
Las chicas revelaron que sufrían palizas sistemáticas a manos de su padre. A menudo, a causa de los moratones y heridas que tenían en la cara, no podían ir a la escuela, ha contado a RIA Novosti Iván Mélnikov, secretario ejecutivo de la Comisión de Supervisión Social de Moscú.
«Además, según ellas, el padre las amenazaba constantemente. Hace unos años, a causa de estas amenazas, la madre de las niñas huyó de casa; después, el hombre las obligaba a cumplir el papel de sus esclavas personales, una de ellas siempre tenía que estar cerca para servirle», apuntó Mélnikov.
El funcionario subrayó que, según las muchachas, su padre tenía una gran cantidad de armas —una escopeta, una pistola, un revolver, un cuchillo y un bate— y con ese arsenal, el hombre amenazaba constantemente a sus hijas.
Mélnikov ha señalado, citando a las hermanas, que representantes de los servicios sociales intentaron varias veces visitar su domicilio, pero el padre no les abrió la puerta y, al parecer, no hicieron más intentos de comprobar la situación.
Cómo lo mataron
Según informaciones de la prensa local, las jóvenes afirman que el hombre estaba drogado, y fue el primero en atacarlas con un cuchillo, y ellas actuaron en defensa propia.
La hermana menor le atinó al hombre con 35 puñaladas en el cuello y el pecho. Las otras dos hermanas le golpearon la cabeza y le rociaron la cara con gas pimienta.
Acto seguido, una de las chicas le quitó el arma a la hermana menor y se la clavó en el corazón. Después del asesinato, una de las hermanas llamó a la Policía y contó lo ocurrido. La mayor de las hermanas acudió a un hospital, donde se le detectó una herida de arma blanca en la cadera, y contusiones en la cadera y el antebrazo.