El funeral del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel II de Inglaterra, se realizó este sábado mediante una ceremonia privada sobria y con mínima asistencia de personas, motivado a la pandemia de coronavirus.
Pese a las estrictas medidas de seguridad se vivieron momentos de tensión en las afueras del castillo de Windsor durante los actos previos al funeral. Mientras la ceremonia arrancaba con un minuto de silencio, la policía detuvo a una mujer que corrió semidesnuda por las inmediaciones al grito de «salven el planeta», reseñó el diario Clarín.
Luego del momento de reflexión en el evento privado, varios agentes salieron corriendo para intentar persuadir a una manifestante, que protestó por las calles vestida solamente con pantalones cortos, lentes de sol y una gorra y saltó sobre una estatua de la reina Victoria, según informaron medios británicos.
Rápidamente, los efectivos lograron detener a la mujer, que fue retirada del lugar envuelta en una sábana.
El funeral del príncipe Felipe de Edimburgo, marido de la Reina Isabel II de Inglaterra, quien falleció el último viernes 9 de abril a sus 99 años, comenzó a las 7 (hora argentina) en una de las residencias más famosas de la familia real que está ubicada en el oeste de Londres.
El inicio del evento privado se dio con un breve cortejo fúnebre a pie. En tanto, el féretro, cubierto con la espada y la gorra de la Armada del príncipe y una corona de flores, fue trasladado desde la capilla privada de la familia real hacia otro salón del castillo.
El decano de Windsor, David Conner, pronunció una oración antes de trasladarse a la capilla San Jorge, mientras que los representantes de las Fuerzas Armadas británicas tomaron posiciones en el patio central junto a las dependencias reales del castillo.
Luego, el Land Rover especial que el príncipe Felipe ayudó a diseñar durante más de 16 años entró en el patio del castillo y la banda militar comenzó a tocar, para que luego los portadores levantaran el ataúd.
Los restos del príncipe salieron del castillo y fueron recibidos por los miembros de la familia real para la procesión. Tras un saludo militar, se colocó el féretro en el Land Rover. Entonces, la reina apareció con una dama de compañía en un Bentley oficial, y se unió al grupo mientras sonaba el himno nacional, God Save the Queen.
Del cortejo fúnebre, con salvas de honor y tañido de una campana en una torre del castillo, participaron los hijos de la reina y Felipe: Carlos (heredero al trono), Ana, Andrés y Eduardo. También estuvieron algunos de sus nietos (Guillermo, Harry y Peter Phillips) y otras personalidades tales com el marido de Ana, Timothy Laurence, y el sobrino de la monarca, David Linley.
La procesión llegó a la capilla San Jorge, donde el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de los anglicanos, y el decano de Windsor recibieron el féretro. Al término de la ceremonia religiosa, el duque fue descendido en privado a la cripta real para ser inhumado.
Los cornetines tocaron The Last Post, tema utilizado en los funerales militares británicos, y Action Stations, la señal que llama a los marineros a sus puestos, por petición expresa de Felipe, que sirvió en la Armada Real durante la Segunda Guerra Mundial. El arzobispo de Canterbury dio su bendición y sonó el himno nacional hasta que los familiares se retiraron de la capilla.
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